Aquí estamos de nuevo para compartiros el quinto capítulo de mi relato “UNA HISTORIA DE SIRENAS”, como colaboración al proyecto de LITERATURA FANTÁSTICA de mi compañera Mercedes desde su Blog MIL Y UNA NARRACIONES, y en el que estoy encantada de participar.
Aquella
noche no pude pegar ojo. Me la pasé dando vueltas, y las pocas cabezadas que
pude hacer eran pesadillas en las que me encontraba a bordo de un viejo y
destartalado barco, y me veía atrapada en medio de una tormenta que hacía
pedazos la embarcación y me ahogaba en las profundidades de unas oscuras aguas
revueltas, volvía a despertarme y vuelta a empezar.
Me
levanté pronto y encontré al abuelo en la cocina preparándose un café y lo que
parecía un buen desayuno. Me senté en la mesa dispuesta a devorarlo mientras me
explicaba sonriente:
—La Isla de San
Borondón, la Isla Mágica como la llaman algunos, siempre ha sido todo un
misterio. Yo nunca pensé que fuera real, aunque muchos marineros me hablaron de
ella, nunca creí en su existencia. Pero cuando me lo explicó Virginia fue
diferente. Ya no tenía razón para dudar de ella. Cada vez quedan menos sirenas
y por eso mucha gente cree que solo son una fantasía, seres de un pasado muy
lejano, de otro tiempo o del imaginario popular. Pero tú has tenido la
oportunidad de comprobar que no es así.
—Abuelo ¿tu crees que tengo alguna posibilidad de
conseguirlo? Yo las ayudaría encantada pero…
—No te preocupes, Mar. Si estás decidida a hacerlo, yo te
ayudaré. No tenemos nada que perder y Virginia y sus hermanas se merecen que lo
intentemos. ¿No crees?
Aquella tarde mi abuelo llamó a mis padres para decirles que
nos marchabamos de viaje durante unos días en la vieja “Maravillas” a vivir una
aventura veraniega y vaya que si fue una aventura. Durante la semana nos
encargamos de llevar provisiones al barco, unas buenas mantas y colchones para
descansar conformatablemente a bordo y compramos algunas piezas de ropa nueva
para mi, cómoda y adecuada para nuestra travesía. También revisamos a fondo las
máquinas y aparejos del “Maravillas” para que no hubiera ninguna sorpresa
durante el viaje.
Y lo más importante, mi abuelo llevó a bordo todas las cartas
náuticas que tenía en casa además de unos viejos mapas que le entregó su amiga
Virginia, quizá pudieran servirnos de ayuda. En ellos aparecían las
localizaciones donde apareció anteriormente en la antigüedad la caprichosa
“Isla Mágica” y algunas advertencias que podrian ayudarnos en nuestra aventura.
Nos acompañó durante unas cuantas millas hasta que las aguas del viejo Mar
Cantábrico se diluian en las del inmenso e imponente Atlántico.
Me pareció ver una emotiva despedida entre Virginia y mi
abuelo, aunque fuera en silencio y en la distancia. Cuando iba a preguntarle a
mi abuelo si se encontraba bien, se giró bruscamente hacia la cabina para tomar
de nuevo el timón y poner rumbo a nuestro destino incierto: “La Isla de San
Borondón”.
¡Si te perdiste el capítulo anterior pulsa AQUI!
Qué bonita te está quedando , espero que nieta y abuelo surquen más de una historia y aventuras, antes de llegar a encontrar a esas sirenas. Un beso.
ResponEliminaHola Campirela!
EliminaSi que estabas atenta a la continuación! Je, je! Me alegro que sigas las aventuras de este par de intrépidos marineros! Un abrazote!
Hola Marifelita:
ResponEliminaLa historia es muy entretenida y original. Así que estoy muy contenta de que te decidieras a colaborar con ella en el blog.
Un abrazo.
Hola Mercedes!
EliminaGracias por la oportunidad y yo encantada de seguir colaborando contigo en estos relatos de fantasía!
Un abrazote!
Hola que historia me esta escuchado mucho, y quiero ver que mas aventuras explorada Mar y su abuelo, saludos
ResponEliminaHola Cecy!
ResponEliminaQue bien que te hayas pasado a visitar las aventuras marineras de Mar! Un abrazote!