Nuestra amiga GINEBRA BLONDE desde su blog SERENDIPIA nos propone un nuevo reto para este mes de Marzo.
La definición de “trazo” es la línea, recta o curva, que se escribe o dibuja sobre una superficie sin levantar el instrumento utilizado en dicha superficie. Y tanto si lo hacemos con la pluma como con un pincel, siempre explican una historia.
Así que este més nos propone "dibujar" una historia con palabras. Para ilustrar e inspirar nuestras historias, este mes Ginebra nos propone unas pinturas muy coloridas, del artista Danny O’Connor.
Pintura: Danny O’Connor
EL ÚLTIMO BAILE
Hoy no soy el favorito. De hecho, hace tiempo que ya no lo soy. Cada golpe de mi pareja de baile esculpe una nueva figura, una que no se parecerá en nada al hombre que entró en el ring y que cuando acabe el encuentro tan solo te lo recordará vagamente. Saldrá un hombre nuevo, dolorido en cuerpo y alma, con la cara hinchada, enrojecida y con nuevas heridas que pasarán a la colección de viejas cicatrices ya acumuladas con los años.
Mis sentidos me abandonan a medida que los asaltos avanzan. El zumbido de mis oídos mitiga al ruidoso público que nos vitorea e importuna por partes iguales desde que entramos en el recinto. Mi ojo izquierdo, ya tocado de otros combates anteriores, no me deja ver más que sombras, rojizas debido al sudor y la sangres que mezcladas sobre mi ceja partida, gotean desbordándose por mi mejilla. En su último golpe, el dolor es insoportable y hace que casi me quede sin aliento.
Me siento agotado, no tanto por los golpes sino porque llevamos ambos danzando al son de las voces de las gradas de nos animan constantemente a tumbar al otro con sus elocuentes sugerencias y sus gritos de ánimo al decir insistentemente: “mátalo”, “ya es tuyo”, “está acabado” y mensajes similares.
Ahora ya solo se trata de resistir, encajar la paliza lo mejor que pueda y soportarlo como lo hice en cada pelea durante todo este tiempo. Solo espero que termine rápido. En mi última visita al rincón del ring, mi entrenador me grita, o al menos eso intuyo por sus gestos violentos y exagerados. Debe estar cabreado, parece excitado, pero un pitido insistente y prologado hace que ya no oiga ninguna de sus instrucciones. Él parece ser el único que aún cree en mi, pobre necio, con esperanzas de que hoy tenga un resultado diferente.
Siento un cansancio de todo lo que hay fuera de este ring, de este cuadrilátero que durante más de la mitad de mi vida lo ha sido todo para mí. Fuera de él no soy nadie, ya no soy nada. Un trozo de carne más, un saco de huecos que solo sirve para encajar golpes, para que otros pasen un rato divertido y ganen un puñado de billetes a nuestra costa.
Segundos antes de oír la campana que nos liberará a ambos de este largo baile con el que empezamos la noche, noto un directo en mi mentón y en unos segundos, la lona en contacto con mi piel, y hago un titánico esfuerzo por mantener mis parpados abiertos, que caen, haciendo que todo desparezca de mi vista y antes de perder el sentido, y justo en ese momento sé que todo ha acabado.
Hace unas semanas, mis amigos del grupo literario “
EL VICI SOLITARI” han estrenado su sección “
REFUGI POÉTIC” para los amantes de la poesía. Si a tí también te gusta, cada semana puedes encontrar un nuevo poema
AQUÍ.