Para este mes de Febrero, nuestra amiga GINEBRA BLONDE desde su blog VARIETÉS nos propone el siguiente reto: crear un relato utilizando las metáforas.
Para ello, nos inspiraremos en unas imágenes propuestas, de la artista ucraniana KATIE WATERSELL para que nos ayude a inspirarnos.
La metáfora es un recurso muy utilizado en poesía y también en prosa por quien sabe escribir “bonito” con un gran estilo de escritura. Yo suelo escribir sobre lo cotidiano y con un lenguaje muy llano. Espero haber conseguido las metáforas solicitadas en alguna expresión puntual o en la historia en su conjunto.
AQUÍ puedes encontrar el resto de imágenes y relatos participantes de esta creativa propuesta.
"PÁJARO NOCTURNO"
Imagen: Katie Watersell
Cada noche me duermo pensando ¿vendrá alguien a visitarme mañana? A veces se deja caer algún familiar y de escondidas me provee de cosas necesarias como ropa o artículos de aseo. En otras, fieles amistades que saben lo que me gusta: libros, música o algunos dulces. En mi cumpleaños y Navidad me sorprenden con perfumes y cremas buenas, pero si no ando con ojo y no escondo mi botín en lugar seguro, me desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
En mi cuarto hay un pequeño armario donde no cabe gran cosa. No me resulta nada útil ya que no tiene llave y tanto mis vecinas como las trabajadoras del centro, pueden abrirlo y llevarse lo que les venga en gana.
No tengo nada mío, ni derecho a decidir sobre mi vida. No puedo escoger qué comer ni a qué hora, tampoco cuando irme a dormir, ya que al apagarse las luces cada noche, no hay posibilidad de leer ni hacer nada que me apetezca. Mi mundo ahora es muy pequeño y previsible.
Mi habitación es un rincón compartido en el que solo me estiro para dormir y sin posibilidad de encontrar refugio cuando necesito intimidad. Nada más levantarnos bajamos al comedor a desayunar. Durante la mañana hacemos un poco de ejercicio y luego llenamos el tiempo con algún pasatiempo para ejercitar nuestras adormecidas mentes. A algunas les da por actividades más artísticas como pintar, dibujar, tejer o coser, no todas tenemos ese talento ni ánimos para hacerlo.
La comida es puro rancho, escaso, descolorido y sin sal. No distingues si es martes o domingo, todos los días es similar. Y las tardes resultan eternas, no parecen tener final. Si nadie te sorprende con su visita, toca ver viejas películas y series aburridas, o distraernos con el bingo, partidas de cartas o juegos de mesa. Ni una siesta por la tarde está permitida para descansar nuestras castigadas mentes, aunque alguna cabecea en su silla rindiéndose a los efectos de la poderosa medicación, hasta que llega la esperada pero aburrida hora de cenar.
Y ya ha pasado otro día más de nuestras vidas a medio gas, privadas de esa prometida y ansiada libertad. Recordando cuando paseábamos tranquilas y libres por las calles, saboreando una exquisita merienda en la terraza de alguna cafetería y mirando escaparates para comprar algún capricho, al salir de trabajar.
Puntualmente a las nueve de la noche, ya estoy con mi pijama estirada en la cama, con las luces apagadas pensando, ¿qué hice a los míos para que me confinaran en esta prisión?
Mi mente clara y despejada, percibe todo ante mí con total nitidez. Cuando no puedo dormir, me levanto y miro a través de mi ventana enrejada, que evita cualquier impulso suicida si la medicación no surge el efecto esperado. La calle figura como un mar en calma. Aun estando tan cerca se convierte en un deseo lejano, imposible e inalcanzable para mí. Me pregunto si pasaré el resto de mis días encerrada en esta jaula, por mi propio bien, como aseguran los demás.
Entonces, salgo del angustioso desespero que me crea esa temida visión, al oír al pájaro nocturno que, aunque invisible, cada noche se posa próximo a mi ventana. Con su aguda pero armoniosa melodía me rescata de este pozo emocional y me llena de paz. Me recuerda que, aun estando enjaulada, todavía hay esperanzas para mí ya que en la vida hay pequeños regalos por los que merece la pena esperar para poder disfrutarlos. ¿Será todo esto mi realidad, una ensoñación o los extraños efectos de una perversa medicación?
Imagen: Katie Watersell
Un relato triste, que por desgracia cada día se da más. El paso de la edad nos pasa factura y es una pena que este tipo de instituciones nos las tengan programadas de otra manera, para sí hay que llegar a ellas por la decrepitud de la vida, al menos sean alegres y no una cárcel donde los días y las noches no se distingan.
ResponEliminaUn besote, muy buen reto.
Vivir en cualquier institución en la que se nos prive de libertad ha de ser un verdadero e insoportable drama! Un besote Campirela!
EliminaEs un texto estupendo de inicio a fin. Esa prisión del que está reluído por loco es un lugar que, aun siendo duro, permite ese canto de ave nocturna.
ResponEliminaUna narración fluída y sólida. Un fuerte abrazo, amiga.
Ese canto del ave nocturna que la espera cada noche al acostarse lo considera un pequeño regalo que merece la pena seguir disfrutando! Un abrazote amiga!
EliminaUn texto que te va llevando de la mano de una desazón, de un vivir sin motivación y termina con un final abierto que te deja esperando más.Besos!
ResponEliminaSiempre hay que dejar un pequeño lugar a la esperanza, por muy desesperada que sea la situación! Y la protagonista así lo hace! Un abrazote Noelia!
EliminaHola Marifelita. Un relato, real, triste y emotivo. La vida pasa tan deprisa que casi no nos damos cuenta y cuando lo hacemos somos demasiado mayores y nos damos cuenta del lugar donde por motivos diversos terminamos nuestros días. Sin embargo, dejas un pequeño atisbo de esperanza: ¿ Será un sueño, o los efectos de la medicación?
ResponEliminaPor desgracia es una triste realidad para muchas personas que se ven solos.
Un abrazo
Triste realidad para muchos, efectivamente! Sea por edad o por cualquier condición médica que no les permite disfrutar de su libertad! Un abrazote Nuria!
EliminaMi querida amiga, confieso haberme emocionado. Es un relato tremendo por su fondo, crudo y asfixiante, pero inmensamente bello en narrativa; así como en ese halo de esperanza que se vislumbra a través de ese pájaro nocturno que, de alguna manera, le muestra un hilo de luz al que asirse para seguir adelante. Y es que la libertad es ese preciado tesoro que nos oxigena y nos da vida…
ResponEliminaMuchísimas gracias por tu magnífico aporte 🙏
Un verdadero placer, preciosa.
Abrazo grande, y muy feliz semana 😘💙
Gracias Ginebra! Me alegro mucho que te haya gustado tanto! La verdad es que las imágenes que nos propones siempre son muy sugerentes y disparan nuestra imaginación! Pero en este caso al ver las dos imágenes en la que aparecían aquellos pájaros rojos y negros, y la mujer enjaulada, el relato salió volando! Je, je! Un abrazote y muchas gracias por seguir invitándonos a crear relatos!
EliminaQue difícil son esas situaciones! Sobre todo aunque parezca feo decirlo, cuando la persona está perfectamente lúcida. Pero hay que ponerse en todos los zapatos para tratar de entender, que a veces lo que no estamos tan de acuerdo y sin embargo hay situaciones que te llevan a eso. Lo que sí es seguro, que todos llegaremos.
ResponEliminaLo has narrado de maravillas.
Triste, muy triste, en verdad.
Un abrazote Mari :)
Supongo que hay situaciones en las que es lo mejor para el enfermo, al no estar capacitados los familiares para atenderlo! No quita que la persona ha de sentir gran tristeza al no poder disfrutar de su libertad! Un abrazote!
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