Cada jueves, un relato: Tema: El final de los hombres - “Matriarcado”

En la penúltima semana del año, nuestra compañera desde su blog Divagaciones nocturnas, nos reta a escribir bajo el tema titulado “El final de los hombres”.

Se trata de desarrollar un relato real o ficticio, de suspense, ciencia ficción, romántico o lo que surja, bajo este título sugerido y que se refiera al final de la supremacía de los hombres sobre las mujeres. Algo que pueda equilibrar o mejorar esta descolocada sociedad nuestra actual, o … todo lo contrario.

Más abajo podeis leer mi relato. Me disculpo por adelantado por excederme de las 350 palabras sugeridas, aunque he sido incapaz de explicarlo en menos.

Aquí podréis encontrar el resto de relatos participantes en este desafiante e interesante reto.

MATRIARCADO

Me siento agotada, física y mentalmente. Y no por llevar sobre mis hombros la responsabilidad de conseguir el único sueldo que entra en casa. Mi marido no entiende cuáles son sus nuevas obligaciones y responsabilidades.

Cuando me propusieron este puesto, acordamos hacer un sacrificio, yo tendría que echarle todas las horas posibles. Pretendo que mi jefa quede satisfecha conmigo y poder hacerme un hueco después de tantos años de esfuerzo en la compañía.

Como los niños eran muy pequeños, él se ofreció a cuidarlos y encargarse de la casa. Ni su trabajo ni su sueldo tenían recorrido ni posibilidades como el mío y me animó a aceptar el reto. Él se encargaría de todo lo demás y no le supondría ningún problema.

Profesionalmente estoy contenta de haberlo hecho. Disfruto con mi trabajo, tengo el respeto de mis compañeras y me siento valorada. Pero cuando llego a casa, ahora bastante tarde, solo me encuentro quejas y malas caras. Mi marido no lleva demasiado bien el ritmo frenético de nuestros hijos. Después de llevarlos al colegio, dedica la mañana a hacer la compra y las tareas de la casa. A media tarde va a recogerlos y los trae a casa para ayudarlos con los deberes. Algunos días los lleva a natación y música, antes decía que le iba bien porque así salía de casa y socializaba con otros padres.

Se queja de que no tiene tiempo para sus cosas. Imagino que para estudiar o buscar un empleo mejor que el anterior, o quedar con sus amigos, ir al gimnasio o cualquier otro pasatiempo que le apetezca. Con mi sueldo se lo puede permitir y yo creo que en algún momento del día podría encontrar un hueco para hacerlo. Los fines de semana solo quedamos con otros padres para actividades con los niños. Ya nunca quedamos con nuestros amigos o salimos nosotros dos solos, me reprocha.

Se siente prisionero y tiene la sensación de no hacer nada de provecho, al menos para él. No demuestra entusiasmo porque no tiene ilusión ninguna. No habla de nada porque dice no tener nada que contar, al no salir a penas de casa, no hay nada nuevo que explicar.

Creo que lo mejor será buscar un canguro que se encargue de los niños. Incluso si no tiene suficiente y necesita más tiempo libre, podríamos contratar a algún chico para que le ayude con las tareas de casa. Así tendrá ese tiempo que necesita para él mismo y podrá recuperar su vida, sus ilusiones y también tener cosas de las que hablar conmigo.

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