Cada jueves, un relato: Tema: Rincones – “En su burbuja ”

Para el reto juevero de esta semana nuestra compañera MONICA desde su Blog NEOGEMINIS nos propone escribir un relato “humeando entre los rincones”, ya sea en sentido literal o metafórico.

La idea es que a partir de varias imágenes sugeridas, escribir un relato centrando la acción en algún sitio especial.

AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes.

EN SU BURBUJA

Aborrecía el ruido de la gran ciudad. Cuando salía cada mañana a trabajar ya se colocaba los auriculares para escuchar música y evadirse del resto del mundo: el molesto tráfico, las eternas obras y los ruidosos desconocidos. Incluso en el trabajo, sentado en su mesa pasaba las horas conectado a sus auriculares para que las conversaciones ajenas no le distrajeran y poderse concentrar en sus tareas. Cuando regresaba a casa, se encerraba en su cuarto, para aislarse de sus padres y hermanos. ¡Llegaban a ser tan pesados!

Un día con las prisas olvidó sus auriculares en otra chaqueta y se dio cuenta cuando ya entraba al metro. Llegando al andén vio escaparse el tren y entre maldiciones se sentó en el banco, fijándose que alguien había olvidado allí unos auriculares. Por un momento le dio reparo cogerlos, pero finalmente dejó a un lado sus manías y se los puso. Los necesitaba de verdad. Nada más colocárselos comprobó que tenían un sonido excelente, mucho mejor que los suyos.

Pasaron unos días y siguió utilizando aquellos auriculares nuevos, aunque en algún momento notó unas pequeñas interferencias y pensó que siendo usados era cuestión de tiempo que empezaran a fallar. Una noche, mientras escuchaba música y leía uno de sus comics estirado en la cama, escuchó una voz que decía:

—¡No te asustes al oír mi voz, no tienes nada que temer!

El muchacho dio un respingo en su cama mientras miraba a izquierda y derecha en su habitación.

—¡No me busques, no me encontrarás! Aunque no soy producto de tu imaginación.

El muchacho se quitó los auriculares lanzándolos al otro lado de la habitación. Su corazón le iba a cien y cuando pudo calmarse, pensó que se trataba de alguna broma de mal gusto.

Apagó las luces e intentó dormir, pero no conseguía conciliar el sueño pensando en lo que había oído.

Encendió la luz de nuevo, se levantó y fue a buscar los auriculares, los conectó a su móvil y dudó unos segundos antes de colocárselos otra vez. Aquella voz joven y femenina, le susurró:

—Veo que tu curiosidad venció al miedo. Déjame contarte una historia…