Para el reto juevero de esta semana nuestra compañera desde su Blog NEOGEMINIS, nos propone escribir una historia, ya sea real o ficticia, donde el tema del engaño, la simulación y las mentiras estén presentes de alguna forma concluyente.
Aquí podeis encontrar el resto de relatos participantes en esta convocatoria:
" NUESTRO VECINO DANIEL"
“Hola, soy Dani ¿me ayudas”? Así empezaba cualquier conversación siempre que te lo encontrabas por el vecindario. Te aproximabas a él nada más verlo, siempre acompañado de sus muletas y con alguna bolsa de la compra colgada del brazo, subía los escalones hasta su portal con bastante dificultad. Mientras le llevabas la bolsa siempre se quejaba de lo mal adaptado que estaba el barrio para gente como él, con una medio sonrisa en los labios. Cuando te intentabas marchar quería retenerte con cualquier tema que se le ocurriera. Y cuando finalmente insistías en irte ya que tenías que entrar a trabajar o te esperaban en casa, se acercaba decidido y te plantaba un beso en la mejilla para darte las gracias y se despedía con un “Gracias vecina y hasta la próxima”.
En alguna ocasión oí a alguien que vivía en los bajos comentar que, con cualquier excusa, como pedirles un poco de harina, un par de huevos o un cartón de leche, se les colaba en su casa y apalancándose un buen rato en su sofá, se lamentaba de lo dura que era su vida con la precaria pensión que cobraba por su lesión. Al poco tiempo de cumplir la mayoría de edad, al no querer seguir estudiando, los padres lo facturaron a casa de su abuela, para que se cuidaran mutuamente. Nunca se le conoció trabajo alguno que no fuera cuidar a la anciana, que poco salía de su casa.
Un día, de la noche a la mañana, desapareció del barrio al mismo tiempo que su abuela. En una reunión de vecinos se nos informó que tenía varias denuncias de vecinos y que por ello se había fugado del barrio. Por lo visto algunos echaron en falta sus móviles, monederos y pequeños objetos de valor, tras sus inoportunas e inesperadas visitas a sus casas. Incluso un vecino le había acusado de realizar una inocente llamada telefónica desde su casa con la excusa de no funcionarle el móvil, que finalmente resultó ser una llamada a una línea erótica. ¡Vaya un personaje, nuestro vecino Daniel!
Lo que no está claro es que si fingió necesitar las muletas o si realmente las necesitaba. Ambas opciones parecen válidas.
ResponEliminaSospecho que la abuela era su cómplice, incluso tal vez quien le impartió las nociones para manipular.
Un abrazo.
Cuando una persona nos engaña ya nos es difícil discernir que parte era verdad, si la hubo, y que parte mentira! Un abrazote!
EliminaAquí se puede decir que las apariencias engañan y de qué manera.
ResponEliminaSe victimizaba, por la lesión que a saber si era cierta.
La pena que vendía , era reclamo para hacer sus fechorías.
Un abrazo, te deseo una muy feliz semana.
Lo que está claro es que utilizó su condición, fuera cierta o no, para dar lástima y aprovecharse de la bondad de los demás! Un abrazote!
EliminaHay gente que vive del engaño y la trampa, son expertos de la manipulación y la gente sensible es fácil de caer en esos enredos que arman con tanta habilidad como la de tu personaje. Un abrazo y muchas gracias por sumarte, Marife
ResponEliminaNunca nos libraremos de los tramposos, manipuladores y vividores! Son más antiguos que el mundo! Ja, ja! Un abrazote Neo y gracias por proponernos esta semana este estimulante reto!
EliminaMe parece que así hay demasiada gente en la sociedad en la que vivimos. Como dice un dicho que oía de pequeño "Els gossos i el gats viuen dels descuidats".
ResponEliminaUna historia que podría ser bien real.
Abrazos.
Muy acertado el refrán! Ja, ja! Y es que lo peor es que no solo los gatos y los perros viven de los despistados. Hay todo un ejército de oportunistas esperando en momento para acechar a los pobres inocentes y despistados! Un abrazote!
EliminaLo peor de todo es victimizarse para obtener ayudas , simulando una lesión o una minusvalía, eso me pone de los nervios.
ResponEliminaHay personas que utilizan cualquier mecanismo que se les ocurra para aprovecharse de los demás! Dar pena a los inocentes es infalible! Un abrazote!
EliminaCuántos habrá de esos! Vaya caradura :)
ResponEliminaCreo que hay demasiado caradura suelto! No los merecemos, aunque por culpa de ellos cada vez la gente es más desconfiada! Verdad? Un abrazote!
EliminaTambién creo que de esos embaucadores hay muchos, ahora me quede pensando que habrá sido de la abuela.
ResponEliminaUn abrazo
Pues la abuela que se ha convertido en el personaje secundario, algunos les ha dado por pensar que estaba compinchada! Ja, ja! Ves a saber! Lo dejo al gusto de cada lector! Ja, ja! Un abrazote Cecy!
Elimina¡Hola, Marifelita! Je, je, je... Me encanta este Daniel que, bajo esa etiqueta de personita vulnerable, ha sabido sacar partido de la candidez de sus vecinos. Un relato picaresco que pienso es muy oportuno para esta época en la que parece que por según qué condición personal ya eres bueno o malo per se, por no hablar del uso y abuso de las "buenas causas" para aprovecharse lucrativamente de la buena fe de las personas. Estupendo relato. Un abrazo!
ResponEliminaSi que es cierto que a menudo relacionamos a personas con dificultades o limitaciones físicas automáticamente con el concepto de buena gente o de fiar. No lo podemos evitar, imagino que es instintivo! Pero claramente, el instinto nos engaña, y algunos desaprensivos también! Ja, ja! Un abrazote David!
EliminaAbundan los embaucadores, y a veces muy bien, porque tienen caritas angelicales :-)
ResponEliminaUn abrazo, amiga
Es verdad! A menudo son difíciles de distinguir! Todos unos profesionales! Je, je! Un abrazote, amiga!
EliminaComo tú dices: cuando pillas a un mentiroso, ya cuestionas todas sus palabras. Ese Daniel tan pintoresco abusaba de la buena fe de los que le ayudaban Un abrazo
ResponEliminaEs una lástima cuando pasan estas cosas, la buena gente al final se desengaña, se hace desconfiada y dejar de ayudar a los demás! Un abrazote!
EliminaJaja ¡Qué personaje! Cleptómano quizás..... Hay vecinos que mejor es perderlos... Besos, MARIFELITA
ResponEliminaDefinitivamente, hay personajes que es mejor tenerlos bien lejos! Ja, ja! Un besote Myriam!
EliminaAl final pagan justos por pecadores. Acabas por no fiarte de nadie. Casi mejor no haberse enterado, aunque en esta caso parece difícil.
ResponEliminaAhora ya no se sabe, porque todo el mundo se queja, pero a los minusvalías reales no les gusta quejarse para dar lastima. Luchar por los derechos es otra cosa.
Besazo amiga
Si que es verdad, al menos en la actualidad, quien tiene una discapacidad, por lo general no le gusta dar lástima! Incluso alguno se enfada si le quieres ayudar! Imagino que habrá de todo, ja, ja! Un besote, amigo!
EliminaCon suerte, con las muletas no iría muy lejos ;)
ResponEliminaMe gustó mucho tu relato, Marifelita. ¡Un besazo!
Gracias Dafne! Me alegro que te guste el relato! En nuestro vecindario se pueden encontrar historias curiosas y personajes inspiradores! Ja, ja! Un besote!
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