Para el reto juevero de esta semana desde el Blog de nuestra compañera NEOGEMINIS, nos propone elegir una de las imágenes sugeridas y a partir de ella, crear un relato con título, género y forma libre, sin superar las 350 palabras.
"LA GOTA"
Ilustración: Alicia Malesani
Desde su época universitaria, no falló ningún año, colaborando el máximo de veces posibles a tan honrosa causa como era la donación de sangre. Esperaba su turno rellenando el extenso formulario, mientras conversaba con algún otro donante. Al oír su nombre se dirigía decidida al box donde una joven practicante la esperaba para saludarla y prometerle un modesto pero dulce desayuno agradeciéndole su generosidad. Se sentaba en la camilla reclinada hacia atrás, mientras la enfermera dándole conversación procedía con los preparativos para la extracción.
Con la entrada de la última aguja en su piel notó una sensación distinta a las veces anteriores. En otras ocasiones buscaba un punto fijo en el techo, leía los posters informativos o prestaba atención a las charlas de otros, entreteniéndose así durante su espera.
Pero en esa ocasión fijó la vista en el reloj de la pared mientras comprobaba con disgusto que el tiempo no transcurría. De fondo oía el murmullo de las ahora molestas conversaciones ajenas, que junto al insistente piar de los pájaros paseándose en el alfeizar de la ventana, le parecían ruidosos e irritantes. Notó un caluroso y molesto rubor en sus mejillas y una fina línea de sudor frio en su frente y su espalda. El pulso empezó a acelerarse, notándolo en su sien, además de un fuerte martilleo en el cuello. Su cuerpo le estaba jugando una mala pasada.
La enfermera se acercó para avisarla que ponía fin a su altruista tortura. Su voz le retumbó en los oídos, como opaca y lejana. Al respirar hondo y contestar con una temblorosa sonrisa, notó en su brazo un pequeño y húmedo contacto rozando su antebrazo. Cometió el fatal error de mirar cuando vio una gota de su sangre deslizarse descarada por su brazo. Su color escandaloso e intenso se difuminó con el resto de objetos y figuras borrosas a su alrededor.
Desde entonces no puede evitar sentir un irracional miedo a las agujas y a la sangre. Solo recordar la desagradable sensación previa al desmayo, aquel inevitable dejarse ir y perder sus fuerzas y el control de su consciencia, le provocaba verdadero pánico. Desgraciadamente, su sangre ahora era solamente suya y de nadie más.
Qué pena, con lo necesaria que es.
ResponEliminaSolo de leerlo ya me he angustiado un montón.
Besos.
No hay nada como el miedo para frenarnos a hacer las cosas. Y es que la sensación de un desmayo es muy desagradable! Un abrazo Alfred!
EliminaEs increíble como un acontecimiento que no se cuenta con él cambie el curso de esa donación de sangre.Peo es entendible que el miedo que pudo sentir la haga desistir de donar .
ResponEliminaUn besote y me gusto mucho.
Hasta las pequeñas cosas que parecen insignificantes nos pueden marcar y hacer cambiar nuestros hábitos y decisiones! Verdad? Un besote!
EliminaMe gusta mucho cómo has razonado todas las emociones y al mismo tiempo, has ido manteniendo cierta tensión en el relato.
ResponEliminaBesos.
Gracias Noelia! Es que la situación es algo tensa, me alegro haber sido capaz de transmitir esa sensación! Un besote!
EliminaMe parece que ese miedo estaba latente en ella, aunque antes no se dejó llevar por el.
ResponEliminaPor lo menos, ha colaborado algunas veces, aunque sea una lástima que no lo siga haciendo.
Besos.
Es una lástima que el miedo nos paralice y no nos deje hacer aquello que queremos! Un abrazote!
EliminaPero mirá por dónde ha venido a armarse tu relato, Marifelita. Muy original y bien logrado. Muchas gracias por sumarte. Un abrazo
ResponEliminaGracias a ti Neo, por tu convocatoria! La verdad es que no pintaba nada fácil esta vez! Je, je! Todo un reto! Un abrazote!
EliminaTu relato calza a la imagen como anillo al dedo. A saber que asociaciones hizo la protagonista con esa gota de sangre 🩸 para llegar a desmayarse. Besos, Marifelita.
ResponEliminaIntenté incluir todos los elementos, aunque fuera de forma sutil! Una sola gota de sangre, depende de como uno tenga el cuerpo ese día, te puede jugar una mala pasada! Un besote Myriam!
EliminaEs un buen remedio contra el insomnio.😜
ResponEliminaSeguro que de pequeña le paso pero no se acuerda, por eso todos estos años no miraba
Besoo, amiga
Claro! Es que el secreto para sobrellevar tan delicado momento es no mirar... Lo sabe todo el mundo! Ja, ja! Un besote, amigo!
EliminaLa sangre impacta sobre todo cuando no se está muy acostumbrado a ver cuándo la extraen. Describes cada sensación muy bien, cómo si la estuviéramos experimentando al leer, incluso el desmayo
ResponEliminaUn abrazo, ten un lindo fin de semana
Es muy escandalosa si! Y es que las sensaciones de un desmayo son dificiles de olvidar! Buen fin de semana para ti tambien Jorge! Un abrazo!
EliminaEso que has contado en tu relato le sucede a muchas personas, es más frecuentes de lo que parece. Es una enfermedad que se llama Belonefobia, creo.
ResponEliminaUn relato muy realista.
Pues aunque sabía que era un mal bastante común desconocía que tenía un nombre, así que ya he aprendido una palabra nueva! Gracias Tracy!
EliminaLa pobre por más que lo evitó al final cayo subyugada por esa maldita gota de sangre. Se le acabaron las donaciones. ;-) Un abrazo
ResponEliminaEl poder que puede tener una sola gota, verdad? Ja, ja! Un abrazo!
Eliminala belenofobia fobia a las agujas es una fobia que mas de un personaje popular la tuvo o la tiene. El terrible ganster Al Capone la tenía y personalmente conozco a un mujer que la tiene y es terrible por que es alérgica a las picaduras de avispas y sólo con una inyección directa al corazón puede recuperarse. Un abrazo
ResponEliminaEfectivamente todo lo que nos da miedo implica limitaciones y éstas en ocasiones pueden ser muy perjudiciales para nosotros! En este caso te juegas hasta la vida! Un abrazo!
EliminaTenerle aprensión a algo tan minúsculo como una gota de sangre pero escandalosa como pocas cosas, es algo nada fácil de digerir, pero temer a agujas y a batas blancas aún es peor, creo. Has descrito muy bien esa angustiosa sensación que pone en tensión a todo el organismo y a la cabeza le da alas para maquinar historias como la tuya.
ResponEliminaUn beso.
Lo que tienen tanto los buenos como los malos recuerdos, es que se nos quedan grabados para siempre! Y efectivamente las mentes tienen la mala costumbre de maquinar al mínimo estímulo, ja ja! Un besote, Mag!
EliminaPobre mujer, que mal trago. Pero sin donaciones mal vanos.
ResponEliminaUn abrazo, amiga
Esperemos que siempre quede algún valiente para seguir apoyando la causa! Un abrazote, amiga!
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