El Tintero de Oro nos propone el siguiente reto para el mes de Noviembre. Se trata de escribir un microrrelato en el que el personaje principal sea un villano o antagonista. En el relato debe reflejar algún comportamiento que lo defina como villano, que puede ir desde su “propósito maligno” hasta los obstáculos que le plantea al protagonista.
Aquí podeis encontrar el resto de relatos
participantes en este reto:
RUIDO
Tengo una debilidad: soy demasiado sensible al ruido. Cuando voy por la calle o en el metro, siempre llevo mis auriculares puestos, con una música suave, aislada del mundanal ruido. Coincido con gente muy desconsiderada, incluso con mis auriculares puestos, percibo sus estridencias y me molestan. Algunos me ponen tan nerviosa que empiezo a pensar para mis adentros:
¡Dejad de gritar!¡Si se va la cobertura del móvil, colgad y escribid un mensaje! ¡Estáis hablando en la calle por el interfono, y os oigo desde el sexto piso!¡No os quedareis mudos, no!
Desde casa oigo pasar coches a toda velocidad en plena madrugada con sus ventanillas bajadas y la música a tope. ¡Ojalá os martilleara esa música dentro de vuestras cabezas para siempre!
Otros llevan esos tubos de escape especiales en sus motos que tan generosamente comparten con todos. Algún conductor impaciente haciendo sonar su bocina excesivamente. ¡Por muy insistente que seas no harás que la circulación se active antes! ¡Ay, si se quedaran todos sordos!
Ponerme nerviosa no le conviene a nadie. Cuando tengo esos pensamientos, en ocasiones hay consecuencias. Hoy escuchando la radio, me doy cuenta que quizá se me fue la mano:
“Expertos reunidos esta semana en el Congreso de Otorrinolaringología de Barcelona han alertado del aumento de casos de sordera instantánea en los últimos años en esta ciudad. Se han detectado otros casos extraños de personas que han enmudecido irreversiblemente de la misma forma. Otros aseguran oír música persistentemente en sus cabezas. Todos sin causa aparente, no responden a desgaste, accidentes o defectos congénitos. Paralelamente, se ha detectado en la misma ciudad un descenso considerable del ruido ambiental”.
Hombre... todas las maldiciones a la vez? síquese le ha ido la mano a la prota. una cuestion de venganza, lo malo es que los culpables no sepan de donde ni porque les viene, aunque creo que lo sospecharan.
ResponEliminame ha gustado mucho lo de "comparten generosamente".
besoss, amiga
Es que es una malvada muy eficiente! Ja,ja! Así que ya sabeis, si sois de esos que van repartiendo ruidos por ahí, ojo con la que lleva los cascos! Podría ser ella! Un besote!
Elimina¡Hola, Marifelita! Muchas gracias por participar en el microrreto. El planteamiento del micro es muy interesante. Por un lado, vemos que está protagonizado por una antagonista que parece tener "un poder psíquico" y que es bastante amenazadora (como captamos en la frase "Ponerme nerviosa no le conviene a nadie", entre otras). Estas características son muy propias de una villana. Pero, además, a su vez, ella tiene como antagonista un elemento: el ruido. Así que podemos encontrar un doble antagonismo aquí. Y es que es verdad que el ruido puede sacar mucho de quicio cuando necesitamos concentración je. je. je. Muy buen relato!
ResponEliminaUn abrazo :)
Gracias M.A! Yo creo que detrás de todo villano siempre hay alguna razón, a veces poderosa y otras no tanto! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaNo hay nada como ser generoso con nuestros congéneres.
ResponEliminaBesos.
Si! La generosidad es una gran cosa! Sobre todo la de aquellos que dan lo que nadie quiere, ¿verdad? Ja, ja! Un beso!
EliminaNo es mala... Es que la gente toca mucho la moral con el ruido de los coj... Que no venga a mi pueblo la última semana de agosto, que el ruido de las peñas dan ganas de morirse.
ResponEliminaEs que la maldad es muy relativa! Todo depende de si nos beneficia o no! Pues ojo, no sea que le de por irse por allí el próximo verano y os hace algun regalito! Je, je! Un abrazo!
EliminaEl ruido es nefasto, no me extraña que la protagonista eche por su boca mil maldiciones, yo lo oido tan bien . Un buen texto . Abrazos.
ResponEliminaEl ruido creo que molesta a todos, pero somos conscientes cuando lo recibimos y no cuando lo producimos, verfad? Un abrazo!
EliminaQuisiera contratarla porque me pasa lo mismo con los ruidos y las voces altas, pero me falta la capacidad brujeril. Menos mal!
ResponEliminaMuy bueno. Un saludo.
Esa capacidad brujeril nos haría a todos la vida más fácil...o sería un caos? Ja ja! Quien sabe! Un saludo!
EliminaPues mira, coincido con tu personaje en que cada vez hay más desconsideración con el hecho descrito de producir ruido inecesario y de manera gratuita. como un modo de reivindicar un: "Aquí estoy yo con mis Co... y os Jod... todos.
ResponEliminaCon lo cual esos sordos y mudos por causas desconocidas, no vendrían mal a una sociedad cada vez más ruidosa.
Un abrazo.
Si, la impotencia ante la desconsideracion de los otros hace aflorar nuestro lado más malvado! Verdad? Un abrazo!
EliminaLa verdad es que resulta fácil empatizar con esta villana aunque se le haya ido un pelín la mano, jeje. Muy buena historia, Marifelita. Me ha encantado.
ResponEliminaCreo que todo malvado tiene una causa! Y en alguna ocasión puede coincidir con la nuestra y entonces ya no nos parece tan perverso, no? Un abrazo!
EliminaUf, a mí también me entran ganas de echarles un maleficio a esos ruidosos ciudadanos que no respetan el descanso y el sosiego de los demás. Son odiosos.
ResponEliminaPor una vez estoy del lado del villano, je, je.
Un abrazo.
Ay, que peligro tendriamos si cada uno de nosotros fuera un villano! Por ganas no será! Un abrazo!
EliminaSi, si... Se le ha ido un poco la mano... Aunque más de una vez hemos sido villanos al menos en pensamiento cuando no logramos dormir. Excelente historia. Un placer leerte. Abrazos
ResponEliminaSer villanos de pensamiento es lo único que nos queda para desfogarnos! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaGenial, un relato buenísimo, yo también sería una villana, me chocan los ruidos, puedo estar perfectamente en silencio y debo tener paciencia para aguantar el ruido de otros. Me encantó el destino de los ruidosos, te digo, creo lo de villana también me viene bien. Saludos...
ResponEliminaEs que todos vivimos situaciones cada día que sacan el villano que llevamos dentro! Y es que cada día parece ser más difícil vivir en sociedad! Un abrazo!
EliminaNo sabes hasta qué punto comparto los sentimientos de tu personaje. Odio el ruido. En realidad me causa dolor físico y me pone muy irrirtable. A veces sería capaz de cualquier cosa contra esa gente que tan generosamente comparte sus estridentes sonidos.
ResponEliminaUn abrazo.
Creo que a todo el mundo el ruido excesivo nos crispa y nos altera! Lástima que solo lo notemos cuando lo sufrimos y no cuando lo provocamos! Si en el fondo somos héroes por soportar tanta contención, ¿verdad? Un abrazo!
EliminaMe ha parecido un relato muy original y entretenido. No me esperaba ese final para nada. ¿Tendrá poderes psíquicos?
ResponEliminaUn saludo.
Parece ser que si! Representa un peligro que cualquiera tenga poderes sobre los demás! Sea villano o héroe, no? Da que pensar... Un abrazo!
EliminaEse final sería el deseado para casos como el que cuentas del sonido, pero también para muchos otros, como los olores, por ejemplo. El excesivo perfume a mí me quema en la garganta y me da arcadas en el sentido más literal. Esta villana puede ser un caso especial y ser más amada que odiada por muchos. ¡Buen final! Me ha gustado bastante y he empatizado con tu villana.
ResponEliminaUn abrazo.
Es muy posible que muchos de nosotros tengamos pensamientos comunes con un villano. Lo que nos diferencia es que ellos se deciden a pasar a la acción. Un abrazo!
EliminaUna de las características que nos diferencian del resto de países civilizados de nuestro entorno... el ruido en nuestra sociedad. A eso le llamo yo ser resolutiva, más eficaz que las maldiciones de una gitana (que tienen fama por ello), alguien dirá no obstante que ha sido demasiado bondadosa con sus deseos. Muy buen micro, me ha gustado pues según iba leyendo el final iba atando cabos casi sin mover los dedos.
ResponEliminaUn abrazo.
Definitivamente, con semejante poder podría haber sido mucho más contundente. Por suerte para muchos, ha sido bastante comedida! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola Marifelita, realmente los ruidos excesivos son muy molestos, yo no los tolero. Por estos lares debería venir el personaje de tu micro, a poner silencio, muy buen micro.
ResponEliminaSaludos, PATRICIA F.
Gracias Patricia! Si quereis os la envio una temporadita para allá... a poner un poco de orden! Ja, ja! Un abrazo!
Elimina
ResponEliminaHola, Marifelita:
No necesitamos que ningún otorrinolaringólogo nos alerte del poder de la palabra. Nosotros, desde este congreso de soñadores que es el Tintero, ya disfrutamos de su efecto inspirador, sorprendente o apacible cuando leemos textos de otros. Nosotros ya nos beneficiamos del poder de esa palabra cuando nos estimula en los comentarios que recibimos.
El ruido, tanto el de fondo como sobre todo el interior, distorsiona nuestra capacidad perceptiva y altera la comunicativa.
Nuestras debilidades nos humanizan y personalizan. Sin tener muchas, tengo suficientes. Una de ellas es leer a quienes comparten mi debilidad ante el vicio solitario de escribir.
Una de ellas es leer a quienes como tú, Marifelita, escriben con ingenio desde la sensibilidad.
Un abrazo, compañera.
Gracias compañero! Comentarios como el tuyo, definitivamente son muy estimulantes, para seguir escribiendo y por supuesto, leyendo al resto de escritores soñadores que colaboramos con el Tintero! Un abrazo!
EliminaMarifelita, esto es urgente, necesito a tu protagonista, y la necesito con todas la facultades conspiranoicas a toppe, que no sabes la que me da a diario el bar de abajo, jajaja, y esas motos, y los coches... ¿Para qué tanta prisa? ¿Para qué tanto ruido? Eso para las motoretas, que parece que vayan a despegar.
ResponEliminaUn tema acertado, seguro que mucha gente empatiza y entiende a tu prota, después de todo, no hace nada que muchos no hayamos pensado, je, je.
Un abrazote!
Me ha encantado eso de "facultades conspiranoicas"! Ja ja! La verdad es que somos muchos quienes sufrimos esta injusticia del ruido, "en silencio"! Un abrazote!
Elimina¡Hola, Marifelita! ¡Qué micro tan excelente! Confieso que comparto con tu antihéroe cierta animadversión a los ruidos excesivos, aunque creo que soy menos peligroso que ella, ja, ja. ¡Me ha gustado mucho, felicidades! Un saludo.
ResponEliminaGracias Javier! Seguro que muchos compartimos su odio al ruido excesivo e innecesario, y por suerte para todos, no tenemos su habilidad para solucionarlo! Imagínate que caos sería! Ja, ja! Un abrazo!
Elimina"Cuidado con lo que pides a los dioses, tal vez te lo concedan". Enhorabuena.
ResponEliminaSi! Los dioses en ocasiones son un tanto caprichosos! Un abrazo!
EliminaPues me solidarizo con la protagonista ya que a veces los ruidos son demasiados. Me ha encantado tu relato. Felicidades.
ResponEliminaGracias Ainhoa! Cuando algo nos supera puede sacar lo peor que hay en nosotros! Un abrazo!
EliminaHola, Marifelita. Creo que todos ansiamos en ciertos momentos tener estos poderes de tu villana. Muy buen reto. Un abrazo.
ResponEliminaSi, todos fantaseamos alguna vez con poder aplicar nuestra propia justicia, verdad? Un abrazo!
EliminaMira es que a veces alguna maldición también le echo yo a más de uno cuando pasan con esas motos que te revientan los oíos lo que pasa es que nunca surge efecto ji ji ji.
ResponEliminaUn abrazo Marifelita
Puri
Pues hay que seguir intentándolo Puri! Porque igual cualquier dia de estos nos regalan este fantástico don para "villanear" un poco! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola guapa , yo tengo un remedio para eso ponte unas buenas bolas de algodón en los oídos y encima te pones unos buenos cascos , seguro que apartir de ahora ya no oirás nada de nada jajajajajaja , muy bueno tu relato , besos de flor.
ResponEliminaEfectivamente, esa es una solución más constructiva y menos contundente! Lo peor de esta opción sería que una no oiría ni lo bueno ni lo malo! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola, Marifelita. ¿Pues qué quieres que te diga? A más de uno le debería suceder lo que pasa en tu relato. Vivimos rodeados de ruido y, lo que es peor, de personas sin educación dispuestas a darnos los pormenores de sus vidas a voz en grito.
ResponEliminaUn fantástico trabajo. Enhorabuena.
Gracias Bruno! La verdad es que si todos fuéramos más respetuosos con el prójimo, todos viviríamos mucho mejor! Estoy convencida! Un abrazo!
Elimina¡Hola, Marifelita! Ejem, así entre nosotros, me he identificado muy mucho con tu personaje, je, je, je... Reconozco que también soy muy quisquilloso con según que ruidos, sobre todo, los pequeños pero repetitivos que de repente aparecen en mitad del silencio. ¿Quién puede asegurarnos de que en una de esas noches en las que un pelma comienza a tocar las palmas en mitad de la calle no hiciéramos una barbaridad en caso de tener una pistolita de nada? Estupendo micro. Un abrazo!!
ResponEliminaNo se vosotros, pero yo vivo en una ciudad y cada vez me molestan más los ruidos y los actos incívicos en general. Creo que ya no tengo paciencia para vivir en sociedad! (tal vez sea la edad) Ja, ja! Cuando me agobio siempre me viene a la mente una película: "Un día de furia", y es que "una mala tarde la tiene cualquiera"!!! Un abrazo!!
Elimina¡Hola Marifelita! Me ha parecido un relato muy original, con el ruido casi como un protagonista más de la historia. Una villana que parece tener unos poderes psíquicos que en más de una ocasión querríamos para nosotros. Un saludo.
ResponEliminaPor suerte no abundan ni los superhéroes ni los villanos con poderes especiales. Imaginaros el percal, con tanta habilidad suelta, al servicio de los ciudadanos! Ja, ja! Una locura! Un abrazo!
EliminaUna malvada que me cae genial. Una pena no tener esos poderes. Un saludo.
ResponEliminaEs que los malvados muchas veces tienen algo que nos gusta! Quizá nos atraen nuestras coincidencias! Un abrazo!
EliminaHola, Marifelita, no estaría mal disponer de ese superpoder de vez en cuando, voy a tener que decirle a tu villana que se pase por mi ciudad. Buen relato, un abrazo.
ResponEliminaGracias Lola! Veo que mi villana particular está muy solicitada según leo vuestros comentarios! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola Marifelita. La verdad creo que todos nos sentimos de alguna manera identificados con tu personaje y alguna que otra víctima tendríamos para hacerle sufrir los poderes psiquicos que posee. En cuestión de ruidos, además de los ya propios de la ciudad hay gente que merecería vivir aislada en mitad del monte. Buen micro. Un abrazo.
ResponEliminaEs que el ruido excesivo de la ciudad y la gran cantidad de personas que hay que no saben vivir en sociedad, son capaces de sacar el villano escondido que todos llevamos dentro! Un abrazo!
EliminaHola Marife, Me has tocado la fibra sensible con la historia. A mi se me ocurren más barbaridades con el ruido y la velocidad de las motos, los coches, los gritos, las voces en la madrugada....El final bordado. Así nos vemos (incluso el yo oscuro los piensa).Un abrazote
ResponEliminaGracias! La verdad es que creo que esta villana tendría muchos adeptos en realidad! Ja ja! Un abrazote!
EliminaCitando a Spiderman o a autor, Stan Lee, con un gran poder viene una gran responsabilidad.
ResponEliminaA pesar de la gran molestia debió contenerse parara no excederse, con algo tan drástico.
Un abrazo.
Si, estoy de acuerdo! Suerte que los humanos no tenemos superpoderes, porque eso sería el fin para todos! La contención no es una característica humana que abunde demasiado! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola... pues no seria un poder nada despreciable cuando cierta gentecita se empeña en hacerme participar en sus conciertos gratuitos de eso que llaman reaggeton... habria que agendarse el teléfono de tu protagonista para invitarla a casa uno de estos dias... ja ja... ¡Saludos!
ResponEliminaSi, los conciertos gratuitos sin invitación, de cualquier estilo musical, son bastante irritantes! Y es que vivimos ahora en una sociedad muy altruista... todo se comparte! Ja ja! Un abrazo!
EliminaMuy buen relato, Marifelita. Envidio a tu protagonista, pues a veces me gustaría tener su mismo poder para apagar los ruidos innecesarios. Ya lo decía Borges: "si no puedes mejorar el silencio, mejor no hables".
ResponEliminaUn abrazo.
Es que el silencio es un bien muy preciado, que a menudo no se le da el valor que tiene! Un abrazo!
EliminaHola. Marifelita. Para mí tu villana es hasta una heroína sin proponérselo. Lo de ir por la calle oyendo las conversaciones de los que hablan al móvil con el manos libres, o los que en yendo en coche tienen las ventanillas bajadas para que oigas su pachanga, necesitarían una cura como las que propina tu protagonista.
ResponEliminaSaludos
Parece ser que mi villana tiene un problema compartido por muchos de nosotros! Ay, quien tuviera sus poderes para ponerle solución! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaYo también detesto el ruido, pero no tengo poderes...
ResponEliminaBuenísimo. Te has lucido!
Enhorabuena.
Un abrazo
Gracias Maite! Los que no tenemos poderes no nos queda otra que imaginar lo que haríamos si los tuviéramos, verdad? Un abrazo!
Elimina¡Qué bueno, Marifelita! Una villana muy resolutiva la protagonista. ¿Podría darse una vuelta por mi ciudad, ahora convertida en parque temático navideño? Me encanta la idea.
ResponEliminaUn abrazo.
Si estas navidades oís alguna noticia extrañamente familiar en televisión, ya sabeis quien ha sido la culpable! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaMuy bueno, pero mejor no poner nerviosa a tu protagonista, por las maldiciones que nos pueda echar.
ResponEliminaUn abrazo.
Si, antes de hacer ruido excesivo, mejor pensarlo dos veces y mirar alrededor, porque podria estar cerca! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola, Marifelita.
ResponEliminaNo estaría mal que esta chiquita se diera un paseo por mi ciudad. Yo, como ella, he tenido esos "raros" pensamiento más de una vez. Menos mal que no tengo los mismos poderes.
Felicidades, muy buen relato. Un Abrazo.
Gracias Jose Antonio! Suerte que ni los superhéroes ni supervillanos abundan, con sus excesivo poderes estaríamos todos perdidos! Ja, ja! Un abrazo!
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