Me sumo a esta original propuesta de NEOGEMINIS, en su nuevo "reto juevero". La idea es crear un relato basándose en el nombre de uno de tus blogs favoritos.
Podeis leer al resto de participantes Aquí.
Como muchos chavales de la postguerra, era un niño
tremendamente espabilado. De familia muy humilde que malvivía en unas chabolas
a las afueras de Madrid, era el benjamín de la casa y pronto destacó entre sus
siete hermanos, por su encanto y talento natural.
Los niños mayores cuidaban de los más pequeños, mientras sus
padres pasaban todo el día fuera. La mayoría se dedicaba a la venta ambulante y
otros muchos a trapicheos varios. Con ocho años recién cumplidos encajaba
perfectamente en el mundo del pillaje del que iba absorbiendo nuevos conocimientos
día tras día.
Una noche se presentó la policía en las chabolas buscando al
sospechoso de cierta fechoría. Pronto se dio cuenta que podría ser su padre, ya
que fue el único que no apareció por allí aquella noche. Pasaron otras muchas
sin saber de su paradero, y su madre preocupada por no saber si el marido
estaría preso, desaparecido o muerto, decidió recoger sus cosas y marcharse con
su prole. Ella se llevó a los más pequeños al pueblo de sus padres. Los más
mayores se repartieron por las casas de algunos familiares. Pero el pequeño Gabi,
que era tan espabilado, se quedó con su padrino para ayudarle en su puesto
ambulante.
Su nueva vida de mercadillos le pareció excitante al
principio, hasta que se cansó de esperar en la parada, muchos miraban, pero
pocos compraban. Decidió ofrecerse como limpiabotas en algunos cafés y bares del
centro de la ciudad. Se sacaba un buen dinero, era el más rápido, barato y
simpático de los muchachos, tenía muy buena memoria para los nombres y caras de
los clientes y siempre les proponía una divertida conversación o les cantaba
alguna copla que le recompensaban con una buena propina.
Con el tiempo se dio cuenta que aquellos señores de trajes elegantes, bien peinados y gustos caros tenía otras cosas en común. Por la mañana podían salir a desayunar y pasear con señoras arregladas y enjoyadas de buena familia, mientras que por las noches alternaban con otras señoritas, más jóvenes, de distinta posición y menor elegancia en el vestir, que definitivamente no eran sus esposas. Vio una oportunidad de negocio, sugiriéndoles cada noche a las puertas de los clubs, que pensarían sus señoras al día siguiente si el dejaba caer, mientras limpiaba sus botas durante el desayuno, que la noche anterior habían sido vistos en otras compañías. Perdió algunos clientes que dejaron de pasear por la zona con sus esposas, pero otros muchos seguían alternando por las noches y pagaban su pequeño impuesto para asegurar su discreción.
Con los años Gabi, liante de primera se convirtió también
en todo un tunante. Mejoró su técnica y consiguió reunir el dinero para
comprarse una cámara de fotografiar que, aunque no era nueva, fue una
herramienta excelente para chantajear a sus víctimas, con imágenes nítidas y precisas
de sus clientes en situaciones comprometidas. Llegó incluso a compincharse con
algunas muchachas, utilizándolas de cebo para así conseguir más fácilmente sus
propósitos y mejorar su rendimiento.
No tardó demasiado en comprobar que en su plan olvidó un
detalle importante. Muchos de aquellos caballeros de posición, se codeaban con
la flor y nata de las autoridades locales, y acabaron advirtiendo al comisario
de la zona, que había cierto joven que les estaba extorsionando desde hacía un
tiempo.
Gabi tuvo que huir precipitadamente por la puerta de atrás de
varios locales nocturnos donde la policía venía a buscarle. Con el tiempo no
había club en la ciudad que no lo conociera, ni policía que no lo reconociera
nada más cruzárselo en una esquina. Si no quería acabar en el calabozo tendría
que cambiar de aires. Fue entonces cuando pensó en París, además de poder
ganarse la vida como fotógrafo profesional, decidió probar suerte con su lucrativo
negocio al otro lado de la frontera, pero eso ya será otra historia…
Vaya perla el liante este. La vida te ñleva y tu te dejas llevar. "Si naces para martillo, del cielo te caen los clavos" oye!! Me encsnta este refran. Ya lo he puesto en dos o tres comentarios.
ResponEliminaAdivino que en francia fue detective de divorcios.
Buen estreno.
Besoss Marifelita
La vida sin "liantes" no sería lo mismo! Gracias por la invitación a esta nueva propuesta!
Eliminaqué personaje pícaro y multifacético el tuyo, adaptable a lo que se le presente y dispuesto a dar un paso más allá de lo discreto y decente, si veia que eso le dejaría unos pesos! Muy original la historia que se te ha ocurrido a partir del curioso seudónimo de nuestro compañero bloguero! me alegra que te decidieras a participar de nuestro encuentro juevero. Desde ya, estás invitada para ser de la partida semanal. Un abrazo
ResponEliminaGracias Mónica por tus comentarios! Intentaré seguiros el ritmo y estar a la altura de vuestros interesantes retos! Saludos!
EliminaMuy tierno este texto. Hay una ternura hacia el pillo y liante, me ha encantado la marrativa.
ResponEliminaUn abrazo, amiga
Gracias amiga! Los liantes pueden llegar a ser muy tiernos, sobre todo si sus tejemanejes no nos afectan y los vemos desde fuera, ¿verdad? Un besote!
EliminaMás que huir, otra solución sería proporcionarles techo a los hombres elegantes para sus encuentros furtivos.
ResponEliminaPor acá salió a la luz una especie de mini documental, las mujeres de casa salían a comprar la despensa y después de cierto tiempo regresaban y todos felices, luego se supo que iban a una especie de casa/motel, entregaban al dueño su lista de la despensa y él a su vez les proporcionaba un chico a gusto de ellas para brindarles placer, una, dos horas, quizás más, ellas salían y en el auto su despensa completa y con productos de calidad, no lo sé, habría que instruir al chico que, mejor de aliado que de pillo :)
Un relato original y divertido, Marifelita
Abrazo
Muy bien pensada esa iniciativa que comentas! También da tema para un buen relato! El ser humano no tiene límites en su inventiva para idear nuevas soluciones y posibilidades de negocio! Ja ja! Tremendo! Saludos!
EliminaQue vida la de este truhan.... mejor ser fotógrafo y andar de honrado por la vida.
ResponEliminaMe gustó como transformaste su nombre en Gabi liante, para crear un personaje astuto, que vive de observar los secretos de los demás. Para vender su silencio.
ResponEliminaY luego, viajar a Francia para escapar de la policía. Y para expandir su negocio.
Un abrazo.
Gracias "Demiurgo"! Quería aprovechar y hacer un pequeño homenaje al carácter gamberro de "Gabiliante", aunque él es un hombre de buen corazón, no como el Gabi de mi relato. Saludos!
EliminaPara mi eres nueva, con tu texto me has ganado y me quedo aquí contigo, siempre con tu permiso.
ResponElimina¡Qué gran imaginación la tuya! Enhorabuena.
Un abrazo.
¡Gracias por tus palabras! ¡Y yo encantada de que te quedes! Tengo que reconocer que muchas de mis historias están inspiradas en personajes y hecho de verdad! Como dicen: "la realidad supera la ficción". ¡Saludos!
EliminaEste liante es un buen buscavidas. Sabe cómo apañárselas :-9 y estoy segura de que París va a ser para él, o fue para él, otra oportunidad de negocio... Y sí, creo que no hay mejor manera de definir a un liante muy espabilado que por eso son liantes :-9
ResponEliminaUn beso enorme.
Hola Mag! Leyendo el resto de historias para el reto semanal, veo que en tu relato también sientes cierta debilidad por un "Liante"! Os seguiré leyendo, me queda todavía tanto para ponerme al día! ¡Saludos!
EliminaQué buen texto dedicado a Gabiliante, vaya liante que es. Muy buen relato.
ResponEliminaBesos.
Gracias! Nuestro Gabi es un liante pero siempre con buenas intenciones! Saludos!
Elimina''Siempre tendremos Paris''
ResponEliminaUn abrazo
Si, parece que París es la tierra de las oportunidades para artistas y truhanes! Ja ja!
EliminaEstoy segura de haberte comentado, no sé, quizás en spam
ResponEliminaOtro abrazo
Gracias por avisarme! Efectivamente tenía varios comentarios en Spam que no habia visto! Ahora los comentaré todos! Saludos!
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