Para el VADERETO de este mes de Agosto, desde el Blog JACSNET/ACERVO DE LETRAS, nuestro compañero Jose Antonio nos propone el siguiente reto:
En la historia que tenéis que escribir, vuestro personaje tendrá que buscar un lugar idóneo para contemplar a la LUNA y allí contarle sus secretos, sus problemas, sus emociones, sus deseos…
Podeis emplear más de un personaje hablando con ella; darle vida al satélite y que él os responda; mudaros a su superficie y hablarle en primera persona; trasladaros a un planeta lejano y cambiar de luna; o en lugar de hablarle, recitarle o cantarle. Pero la LUNA ha de ser un personaje importante de vuestro relato.
Aquí podeis encontrar el resto de relatos participantes:
"LUNÁTICA"
No sé si seré capaz de explicártelo. A ver por donde empiezo. Ya hace tiempo que me pasa, y al principio pensé que eran imaginaciones mías pero cada vez tengo más claro que no puede ser casualidad. Ya ni recuerdo cuando empecé a tener esta sensación, como si la noche me atrajera de una forma especial. Y no cualquier de ellas, sino concretamente las que te mostrabas en tu mayor esplendor, inmensa y eterna.
Entonces me siento acompañada, comprendida, tranquila y protegida, como si velaras por mí. Pero por otro lado me siento atrevida, traviesa, valiente y es cuando se me ocurren las mayores excentricidades. Cosas como bañarme desnuda en la fuente del barrio; pintar las persianas de algunos comercios de la calle con simpáticos dibujos y vivos colores; gastar bromas telefónicas, cortarme el pelo a “lo mohicano” y teñirme la cresta como un arcoíris; hacerme un atrevido tatuaje…
O como la última vez, que acabé adoptando una “husky” albina en la perrera municipal, viviendo en un piso de escasos cuarenta metros cuadrados. Dudo que el propietario lo apruebe en absoluto. Por cierto, se llama Luna, no encontré nombre más apropiado, sospeché que algo tuviste que ver con mi decisión tan altruista.
Siempre he tenido fama de ser algo alocada, como si me dieran arrebatos puntuales que me resultan tan imposibles de controlar, como imposibles de explicar con posterioridad.
Mi comportamiento algo errático e imprevisible ha provocado sin duda que los demás se hayan hecho una imagen muy concreta de mí. Me deben considerar una verdadera lunática y no me extraña, porque lo que son razones, les he dado de sobras. Pero ¿alguien puede decir que no haya cometido una locura alguna vez?
Algunas noches como hoy subimos a la azotea Luna y yo para visitarte, contarte nuestras penas, otras veces nuestras alegrías y otras las últimas locuras que se nos han ocurrido. Ya no tenemos ninguna duda de que tú, y solamente tú, eres la causante de nuestros desvaríos. Luna te saluda con sus más sonoros y sentidos aullidos, los vecinos deben pensar que ya está de nuevo la lunática del barrio volviendo a las andadas. Y digo yo, ¿tendrán razón cuando aseguran oír a un par de lobas aullando o serán solo habladurías?
Una mujer lobo no sería precisamente una bestia que no hubiese ya dejado alguna señal más evidente de su existencia en ese bloque... Que yo sepa, tan solo en una de las entregas de la saga Aullidos, mostraban unos licántropos diferentes que podrían encajar con el que describes.
ResponEliminaPor lo demás un relato original, por un final que uno no se espera por no ser habitual.
Efectivamente una "mujer lobo" no pasaría desapercibida en ningún caso! Je, je! Una mujer aullando a la luna tampoco, pero se le toleraría semejante excentricidad! Ja, ja! Un abrazote!
EliminaEsa luna que inspira tanto. La imagen de perro y dueño en la azotea me pareció preciosa.
ResponEliminaUn abrazo, amiga
La luna siempre ha sido y seguirá siendo una gran inspiradora para artistas de todo tipo, escritores, músicos, pintores, etc. Sin duda proyecta una gran influencia sobre nosotros, en mayor o menor medida! Je, je! Un abrazote amiga!
Eliminayo creo que entra perfectamente, casi la define, en la categoría de lunático. no hay transformación física, así que no hay donallopa
ResponEliminaPodría disfrazarse cuando sale de fiesta nocturna, pero igual es un aviso tardío y ya la tienen ubicada. ¿y el día siguiente en el curro con la cresta? Ah, no... que teletrabaja.
besosss smiga
Efectivamente, es una lunática de manual, ja ja! Si le apetece aullar a la luna junto a su perra, pues lo hace sin más... La tienen totalmente calada los vecinos. Es verdad que el teletrabajo ayuda a acentuar nuestras excentricidades... Je, je! Un besote amigo!
EliminaHola, Marifelita.
ResponElimina¿Cómo era aquello que decía? ... El que no se sienta lunático que se tire la primera piedra. O algo así. 😝
La locura es, hoy en día, una bendita enfermedad para ver la realidad distorsionada y disfrutarla; sentirse diferente y reírse de la gente (que pretende reírse de nosotros); disfrutar queriendo seguir siendo niña...
Sentirse acompañada mientras le aúllas a la luna debe ser una de las sensaciones más placenteras de las tranquilas noches. Y ponerle Luna a esa Husky, un acierto pleno; supongo que será blanca como la nieve y fiel como nuestro astro.
Un relato muy tierno y loco que nos invita a sentirnos lunáticos, al menos, de vez en cuando. Es una locura que cura.
Por cierto, el canto de las mujeres lobas suena mucho más bello.
Muchas gracias por regalarnos esta historia, amiga.
La noche es nuestra, un Abrazo lunático.
Estoy de acuerdo contigo Jose Antonio, que en los tiempos en los que estamos un punto de locura es incluso necesario, para hacerlo todo más llevadero. ¿Quien no ha cometido una locura alguna vez, sea por edad, por gusto o por necesidad? Ja, ja! Un abrazote y muchas gracias por proponernos este lunático reto!
EliminaHola Marifelita, me encantó tu propuesta para el VadeReto de este mes. Cumple con creces pues es un relato agradable que pone en la mesa el tema de la locura o excentricidad que se hila a la influencia de la luna desde tiempos inmemoriales, por algo se habla de "lunáticos". Me encanta tu protagonista y su perrita "Luna". Muy bien logrado. Saludos.
ResponEliminaHabran tantos y tantas que se les ha colgado la etiqueta de "lunáticos" dejándolos por locos o imposibles, cuando igual lo único que buscaban era disfrutar más de la vida y vivirla de forma diferente! Un abrazote Ana!
EliminaHas sabido crear un personaje con mucha propiedad; una verdadera lunática. Pero lo digo con cariño, porque es inevitable no simpatizar con tu protagonista, pues es un personaje encantador.
ResponElimina¡Me ha gustado mucho!
Un besote :)
Es que ciertas excentricidades, en lugar de provocarnos rechazo, pueden despertarnos cierta complicidad! Verdad? Cada uno tenemos nuestras pequeñas cosillas y momentos! Un besote Volarela!
EliminaJajaja, quién no es un poco lunática??? Estupendo personaje, Marifelita, salvando algunos excesos, me he sentido identificada!! Un abrazote !!
ResponEliminaCada uno tenemos nuestros pequeños "excesos"! Y otros tienen unos poquitos más! Ja, ja! Un abrazote Lola!!!
EliminaPues me ha encantado tu relato y es que ha ratos, hasta me he visto reflejada. A veces me gusta subir a mi terraza, mirar fijamente a la luna y contarle alguna cosilla.
ResponEliminaBesos.
Ostras! Me encantaria tener una terraza o un pequeño balconcito, quizá hablaría más a menudo con ella! Ja, ja! Un besote Noelia!
EliminaBueno, bueno... Esta lunática de tu relato tiene un cierto peligro cuando le da por hacer travesuras... ¡No ha todo el mundo le debe caer bien levantarse con la persianas pintadas de según qué modo! Y seguro que los vecinos tiene razón. La veo muy capaz de ponerse a aullar a la par que su husky Luna. Jajaja. Un relato muy simpático el que nos has regalado.
ResponEliminaSaludos
Gracias Jose! Aunque como vecina debe ser realmente molesta! Ja ja! Un abrazo!
EliminaPues sí, pintar persianas, llamar por teléfono a altas horas de la noche, y subir
ResponEliminaa la azotea con su perra para dedicar un concierto de aullidos a sus vecinos, no es un comportamiento muy cívico, que digamos. Pero la culpa la tiene la Luna. Besos.
Ay si! Esa luna, lunera tiene la culpa de todo siempre! Ja, ja! Un abrazote Cris!
EliminaHola Marifelita.
ResponElimina¡Me encantó tu relato para el VadeReto de este mes!
Y yo creo, ahora que no nos oye nadie, que lo de lunático o lunática nos sirve para poder disfrutar de nuestras locuras sin tener que rendir cuentas a nadie. ¡Pobre luna, menuda mochila carga! Bueno, me voy que me espera mi perra para subir a la azotea.
Un abrazo fuerte.
Ja, ja! Bendita locura Marlen! Nuestras vidas no serían lo mismo sin ella. Y es verdad, la pobre Luna tiene que cargar con el peso de ser la patrona de los locuelos, pero no creo que le importe! Je, je! Un abrazote!
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