dissabte, 11 de maig del 2024

VadeReto de Mayo - Tema: Horror animal - “Alice”

Para el VADERETO de este mes de Mayo, desde el Blog JACSNET/ACERVO DE LETRAS, nuestro amigo José Antonio nos proponen un reto, esta vez con varios requisitos a cumplir:

- El género tiene que ser Terror.

- El protagonista será un animal, pero no uno de los que suelen dar miedo nada más verlo. Tendremos que atemorizar al lector con uno de apariencia dulce y amigable, que parezca la mascota ideal para los niños.

- El entorno, escenario o ambiente ideal para una historia de miedo. Lugares tabúes, de esos que te entra tembleque nada más pensar en ellos.

AQUÍ podeis encontrar el resto de relatos participantes:


"ALICE"

Imagen: Pixabay

Trabajaba en uno de los laboratorios más prestigiosos del país, y aquella noche de fin de año le tocaría quedarse hasta muy tarde. Acabaría las últimas pruebas y sin falta le entregaría las conclusiones a su responsable, una eminencia en aquel campo, que las necesitaba para preparar una importante conferencia nada más empezar el año. Siempre se llevaban el mérito los mismos, se decía, pero para llegar a ser alguien en la investigación debía hacer ciertos sacrificios.

Aquella noche en el edificio solo estaba el vigilante en su garita de la entrada. Ella se dirigió a su despacho en la cuarta planta, junto al laboratorio. Al entrar vio a las cobayas algo agitadas y nerviosas, no debían esperar visita a esas horas de la noche.

Revisando sus notas y apuntes que le entregaría al profesor, pasaron las horas y ya se acercaba la medianoche. Decidió hacer un pequeño descanso y saborear su improvisada cena de fin de año. Recordó al vigilante y pensó que el abundante taper de comida navideña que le había preparado su madre, podría compartirlo con aquel pobre hombre, que se había quedado sin despedir el año junto a su familia, igual que ella.

Bajó a la cafetería a calentar su cena, la repartió en dos platos de papel y le ofreció al vigilante su ración. Resultó ser un hombre agradable, aunque serio y reservado. Su aspecto imponente y su fría mirada siempre le había dado cierto miedo al entrar y salir del edificio. Al finalizar su cena y tras desearle un feliz año nuevo, se dirigió a su despacho. Al salir del ascensor y entrar en su laboratorio, hubo una bajada de tensión y quedó todo a oscuras por unos minutos que le parecieron horas. Menos mal que no le ha pillado dentro del ascensor, pensó aliviada.

Al volver la luz, se dispuso a continuar con su trabajo. Al rato percibió un silencio total que no la dejaba concentrarse. Aquello era algo excepcional y extraño, en una sala llena de jaulas y especímenes nerviosos debido a sus tratamientos y expectantes por ser escogidos de nuevo para más pruebas médicas.

Se giró y al mirar hacia las jaulas vio que una de ellas estaba abierta y que Alice, uno de los conejos blancos que utilizaban para las pruebas cosméticas, no estaba. Se levantó de su mesa y echó un vistazo por toda la sala, y al no encontrarlo salió al pasillo para ver si se había aventurado a salir fuera.

Su cola blanca de peluche asomó debajo de uno de los radiadores del pasillo. Alargó la mano para agarrarlo y la retiró enseguida al notar un pellizco en su piel. Cabreada y entre insultos e improperios, consiguió atraparlo por su peludo pescuezo y llevarlo a su jaula de nuevo. Se sentó en su despacho para continuar con su trabajo, pero a medida que seguía con la lectura de su informe, cada vez le costaba más enfocar la vista, se sentía agotada, incluso un poco mareada. Quizá la copiosa cena le estaba pasando factura a esas horas de madrugada, y sin apenas darse cuenta se quedó dormida. Al despertar, algo confusa, apenas pudo distinguir lo que veía ante ella.

Se asustó al no saber dónde estaba. Intuía que se trataba de su laboratorio, pero ahora parecía encontrarse detrás de unos barrotes, como si estuviera en una jaula, en una prisión. La luz cegadora de los fluorescentes le molestaba enormemente. A lo lejos distinguió un escritorio parecido al suyo y alguien sentado en él. Era una mujer con una melena blanca y reluciente, que se levantó, apagó el ordenador portátil, recogió sus cosas en una mochila, se colocó el abrigo, dispuesta a marcharse. Se fijó que en su cuello llevaba una fina cadena en la que colgaba una medalla con una letra A en relieve y una figurita que recordaba la silueta de un conejito.

Su cabeza empezó a llenarse de toda clase de oscuros pensamientos. Desde su jaula intentó gritar para pedir auxilio, pero de su garganta no salió ni un murmullo, ni un sonido. Sus bigotes se movían nerviosos a lado y lado de su inquieta, peluda y blanca nariz, imparable por el pánico. ¿Alice?


18 comentaris:

  1. Muy bueno, intercambios de papeles.
    Ahora sería ella quien sería mil veces pinchada y analizada.
    la vida es complicada, pero de ser ciertos nos tendríamos que poner en los zapatos de todas esas cabañas que son digamos explotadas para beneficio de la raza humana.
    La vida no es justa, para nadie.
    Un buen tema.
    Besos.

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    1. Sin duda la especie humana se abre paso y avanza a costa del resto de especies, animales y vegetales. Y en ocasiones también a costa de otros humanos! Somos una especie depredadora, parece ser que no lo podemos evitar! Un besote Campirela!

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  2. Hola, Marifelita.
    Muy buen relato. Las tornas se cambiaron y, sea realidad, sueño o delirio, quedarán muchas cicatrices.
    Felicidades, muy buena idea usar como protagonista a un dulce, esponjoso y tierno conejito. Aunque, Elmer Gruñón no estaría muy de acuerdo con estos apelativos. XD
    Muchas gracias por la aportación.
    Abrazo grande.

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    1. Gracias Jose Antonio por esta curiosa propuesta! Nos has hecho meternos en la piel de una dulce mascota con intenciones perversas! Je je! Un abrazote!

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  3. Aterrador. Ahora sentirá lo mismo que el pobre conejito. Claro que sí no fuese por esos conejos y ratas de laboratorio muchos de los medicamentos y vacunas no se habrían logrado, pobrecitos. Estupendo relato Marifelita. Un abrazo

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    1. Todo un dilema moral el de experimentar con otras especies para nuestro beneficio! Da mucho que pensar! Un abrazote Nuria!

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  4. ¿Transmutación de la naturaleza humana o pesadilla sin final? En cualquier caso, una aportación original y muy entretenida. Enhorabuena por tu aportación, Marifelita.
    Saludos cordiales.

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    1. Nos quedamos con la duda de si será verdad o una pesadilla? Je je! En cualquier caso, un duro trance! Je je! Un abrazote Marcos!

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  5. Me recuerda a la novela Dormir al sol.
    Un intercambio de cuerpos. Parece que la coneja quería vengarse.

    Besos.

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    1. No sabremos si la coneja se vengó o bien fue una especie de "castigo divino"! Ja, ja! En cualquier caso, la protagonista humana no parece salir bien parada y la coneja acaba siendo liberada! Un abrazote Demi!

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  6. ¡Hola, Marifelita! Desde luego que el terror también depende del punto de vista de una misma situación. En tu estupendo relato un simple cambio de perspectiva logra transformar un entorno cotidiano en cualquier laboratorio en algo realmente terrorífico. Un abrazo!

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    1. Si, supongo que pensar en esa remota posibilidad le pone a uno un poco nerviosillo, verdad? Je je! Un abrazote David!

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  7. Hacer pruebas de cosmeticos es una maldad muy grande, pero bueno gracias a ello los cosmeticos eran seguros. Ya ahora toca recurrir a otros modos de test

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    1. Si, supongo que hacerlos en humanos además de ser más caro, implicaría pedir un consentimiento y aguardar las consecuencias. Cosa que con las pobres animalitos, es todo más fácil y sin complicaciones. Un abrazote Jose!

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  8. Me encanta. Tantas pruebas se volvieron hacia ella comonun boomerang.

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    1. Dicen que "donde las dan, las toman", y en este caso parece ser que se hizo realidad! Un abrazote "De la Flor"!

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  9. Respostes
    1. Pero, ... para bien o para mal? Je, je! Espero que te haya gustado! Un abrazote Ánxela!

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