Para el próximo reto juevero, nuestra compañera NEOGEMINIS desde su Blog nos propone escribir un relato inspirado en varias imágenes que nos presenta para ilustrar nuestra historia sobre “Rastros de una existencia”.
Todas ellas evocan el desgaste provocado por el paso del tiempo y la huella de alguien que alguna vez soñó, jugó, transitó, vivió o murió dejando un rastro en un sitio u objeto concreto.
Con la premisa de evocar a una persona en relación a un elemento determinado, nos invita a narrar una historia que nos ubique en esa imagen escogida y el sentimiento que nos aflore al contemplarla.
AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes.
"ZOMBIES DE PAISANO"
Imagen: Neogéminis
Con la respiración entrecortada, intento en una carrera inútil, subir al último vagón, pero me despido de él, soltando algún que otro improperio.
Sentada en los bancos del andén, miro a izquierda y derecha y no hay nadie, solo un inquietante silencio, que dura escasos segundos hasta que veo aparecer a un nuevo pasajero. Arrastra los pies como si llevara en sus hombros el peso del mundo. Desde el otro extremo de la estación se aproxima otro, con la misma actitud derrotada, camina con paso lento y cabeza gacha, sin ilusión ni temperamento alguno.
Llega el siguiente tren y al entrar al vagón me siento. La estridente señal sonora del cierre de puertas rompe el silencio en que los pocos ocupantes viajaban, inmersos en una efímera paz entre estaciones.
Al sacar el móvil de mi mochila, en una desafortunada maniobra, cae al suelo al mismo tiempo que una llamada entrante hace sonar una escandalosa melodía, poco apropiada para aquel remanso de paz. Antes de que pueda contestar, intentando silenciar aquel escándalo, me siento juzgada por varias miradas. El que se encuentra sentado enfrente abre sus ojos tanto que parece que vayan a salirle de sus órbitas. Mientras, otro que está unos asientos más allá, gira su cuello lentamente, para posar su mirada inquisidora pero vacía en mí.
La señal acústica del tren me indica que he llegado a mi estación y toca apearse para recorrer el largo anden y enlazar con otro metro. Al subir las escaleras mecánicas nadie tiene prisa por avanzar, permanecen estáticos mirando al frente mientras los escalones metálicos desaparecen bajo el suelo dentado. Al llegar al inquietante último escalón, doy un paso largo, como con miedo de ser atrapada por esos amenazadores dientes.
En el largo pasillo del trasbordo vuelvo a notarlo, siento como un escalofrío. La temperatura ha bajado cuando debería ser al revés, en un túnel mal ventilado bajo tierra como este. Me hiela la sangre y también el espíritu, volverme a cruzar cada mañana con los mismos cuerpos, muertos en vida. En un sepulcral silencio y de forma individual, aunque todos a una como un enjambre de muertos vivientes, con la mirada fijada en un punto de la nada, caminan arrastrándose, sin fuerzas, avanzando hacia ninguna parte. No hace falta que ninguno me muerda para ver que es cuestión de tiempo que yo también me despierte un día con la misma mirada perdida y paso moribundo, quedándome vacía de toda energía y entusiasmo. ¿Habrá empezado ya mi cuenta atrás?
Imagen: Neogéminis
Muy bueno, vamos a probar, a ver si me deja a estas horas de madrugada.
ResponEliminaNos trasladas a una situación un tanto angustiosa, sabiendo que no tendrá escapatoria.
Un besote.
Efectivamente, el protagonista intuye que es cuestión de tiempo que él se convierta como los demás! Un abrazote!
EliminaCreo que un día seremos nosotros como esos zombis. Yo en trenes y metros a aveces tengo la impresión de viajar sola, pero más que miedo a que sean muertos vivientes clásicos, temo que el nivel de abstracción en cada pantalla nos lleve a la incomunicación.
ResponEliminaMuy buen texto. Un abrazo grande, amiga
Ese aislamiento en uno mismo cada vez mas frecuente, nos lleva a vernos en ocasiones como entes sin entusiasmo ni ganas! Solo un único interes...la pantalla! Un abrazote amiga!
EliminaCuánta realidad en esa reflexión, me ha encantado. Duro pero certero.
ResponEliminaAbrazos.
Resulta duro, si, observar esos comportamientos en nuestro alrededor, con más o menos lejanía! Son preocupantes! Un abrazote Noelia!
EliminaHola Marifelita, ¡qué inquietante pregunta final! Espero que no, verdaderamente, ni para ti ni para mí, no quiero transformarme en un ser sin alma, autómata e ir vagando por la vida, no, no quiero y espero que no suceda como a los personajes de tu relato. Muy bueno.
ResponEliminaUn abrazo. :)
Mirando a nuestro alrededor podemos observar a veces estas conductas. Yo cuando las veo también me inquietan y me dan pena! Un abrazote!
EliminaCon qué lujo de detalles has retratado a esos pobres seres apáticos y silenciosos, tan alejados de la vida y el entusiasmo que resultan muy inquietantes y mortecinos. Espero que no, que nunca se nos pegue ese hastío. Un abrazo y muchas gracias por sumarte al encuentro
ResponEliminaCruzándote con algunos de ellos en metros, trenes o por la calle, te hacen pensar y no dejan indiferente! ¿Será contagioso? ¿Le puede pasar a cualquiera? Un abrazote Neo y gracias por tu estupenda convocatoria juevera!
EliminaMe pregunto si todos estamos encaminados irremediablemente a esa vida vacía, anodina, carente de incentivos, si al final nuestra rebelión se convertirá en sumisión, doblegados por el peso de la vida. Magnífico planteamiento ante el requerimiento de nuestra amiga Neo.
ResponEliminaParece ser que nuestro ritmo de vida nos deja exhaustos para disfrutarla! La rebelión necesita fuerzas que muchos no tienen o no quieren gastar! Un abrazote Pepe!
Elimina¡Hola, Marifelita! La verdad es que esa misma sensación tengo yo cuando voy cada día en el metro y veo a toda la peña con la mirada perdida en la nada, quiero decir en el móvil, je, je, je.. Lo triste es que parece que nos entregamos a esa vida anodina y vacía con gusto, eso es lo dramático. Un abrazo!
ResponEliminaCuando la nada es el móvil asusta porque parece que estemos todos enganchados o abducidis, pero requiere un mínimo de atención! Cuando la nada es la Nada absoluta, entonces me preocupa y entristece más! Por donde estara navegando ahira esta persona? Me pregunto muchas veces... Je je! Un abrazote David!
EliminaHola Marifelita, una situación angustiosa para el protagonista que no sabe cuándo terminará siendo un zombie, aterrador. Un abrazo
ResponEliminaSi que es angustioso pensar que un dia uno mismo se pueda convertir en aquello que le asusta o aterra! Un abrazote Nuria!
EliminaCreo que no es sólo tú protagonista sino cada uno de nosotros cuando entramos en esos viales diarios y mañaneros que nos llevan y traen del trabajo, nos convertimos en zombis.
ResponEliminaMuy bueno
Si, si, estoy de acuerdo... A esas horas vespertinas o tardías, por el cansancio, todos nos convertimos un poco en zombies ...je je! Un abrazote!
EliminaMuertos vivientes, no como una realidad literal, sino como símbolo de un cansancio, lo de darse por vencido, dejarse aplastar. Es una buena forma de basarse en esa imagen.
ResponEliminaLograste una buena contribución para la convocatoria de esta semana.
Besos.
Gracias Demi! Es una metáfora, efectivamente, aunque observando a algunas personas no lo parece tanto! Je, je! Un abrazote!
EliminaEs que en el fondo y salvo excepciones todos actuamos como zombis, quitando la parsimonia de tus protagonistas, nos ponemos en modo acelerado día tras día. Muy buen relato. Besos.
ResponEliminaSupongo que en un momento u otro de nuestras vidas, alguna vez nos hemos puesto en "modo zombie" segun las circunstancias. Si es temporal o un ratito, no pasa nada, pero si es una actitud vital habitual ya es algo más peligroso! Je, je! Un besote Inma!
EliminaVaya a saber que les anda pasando, o nos anda pasando, según la circunstancias. Es un excelente relato de cómo un ser desbastado puede transformarse en un zombie, espero que no nos pase eso, aunque acá creo que vamos a eso.
ResponEliminaUn abrazo,
No hay que dejarse llevar por la marea y resistir. Poner conciencia individual en las cosas que hacemos! Y sobretodo observar pero también actuar, sino estamos perdidos! Je, je! Un abrazote!
Elimina"como un enjambre de muertos vivientes" me gusta mucho esa imagen. Me preguntaba si el resto de los viajeros no les ocurrirá lo mismo, en esos contextos, mas hoy en día, que uno puede enfrascarse en sí mismo o en el móvil, en la masa es raro el que no queda despersonalizado. Muy chulo el relato. Un abrazo.
ResponEliminaEs difícil que uno destaque en la masa, de hecho, creo que intentamos no hacerlo para guardar nuestro anonimato. En los tiempos que estamos destacar puede no ser una buena idea, no nos gusta quedar expuestos! Es más segura una vida camuflados en la inmensa masa, verdad? Je, je! Un abrazote!
EliminaJamás he estado en tren o metro; y me parece fascinante lo que has relatado, cada detalle ha sido una imagen clara; y una invitación a vivirlo en propio.
ResponEliminaUn abrazo
Gracias Camila! Me alegro que te haya gustado mi relato y su puesta en situación! Je, je! Un abrazote!
Eliminaespero que fuera una notificación y no una llamada del más allá, con una invitación..
ResponEliminala vida zombi sin móvil, ¿ es posible?
me imagino A los Zombis sin mascarilla transmitiendo por el metro la zombiedad.
myu interesante la deriva a la que te ha llevado la imagen de los asientos.
Besosss,amiga
Je, je! Pues habrá que ser precavido y ponerse mascarilla por si acaso! Y es verdad que en las pelis no salen los zombies con móvil, pero solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para darse cuenta! Je, je! Un besote amigo!
EliminaLos muertos vivientes en su tragedia
ResponEliminarecorren las avenidas de la desidia
La desidia es un enemigo invisible, que puede destrozarnos la vida y convertirnos en "zombies de paisano"! Tienes razón! Un abrazote Julio!
Eliminahas ensenificado el gran teatro del mundo, todo es armonia en apaerente desorden Un abrazo
ResponEliminaHola Rodolfo! Exacto, o incluso podriamos decir que todo es desorden, pero en aparente armonia! Ja, ja! A mi a veces me lo parece más así! Je, je! Un abrazote!
EliminaMuertos en vida por la rutina, como zombis *.* En mi opinión, la parte buena de los trayectos largos en transporte público es que se puede leer.
ResponEliminaUn besazo, Marifelita
Estoy de acuerdo! Es un tiempo muerto que se puede aprovechar invertiendolo en leer! Incluso para escribir! Muy recomendable! Je, je! Un abrazote!
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