dimecres, 14 de juny del 2023

Cada jueves, un relato: “De tal palo tal astilla”

Para el reto juevero de esta semana nuestra compañera TRACY desde su Blog TRACY CORRECAMINOS, nos propone escribir un relato en el que se hable del maltrato a las personas mayores.

Aquí podréis encontrar el resto de relatos participantes.


"DE TAL PALO TAL ASTILLA"

Foto: Pixabay


Recuerdo a mis hijos de pequeños, mira que llegaban a ser malos. Desobedientes y descarados, sus insolencias agotaban mi paciencia y me llevaban al límite, teniendo que ponerlos a raya. Recuerdo llegar a casa cansado después de trabajar, y con ganas de sentarme y ver la televisión mientras bebía una cerveza. Los niños no hacían más que chillar, corretear, pelearse y molestar. Mi mujer con su voz cándida y sin ninguna autoridad no conseguía en todo el día, lo que mi cinturón o la vieja vara de avellano conseguía en tan solo cinco minutos.

A medida que se hacía mayores, pude comprobar también que poner sus limitaciones en evidencia delante de sus amigos también surgía efecto. El mayor ponía más interés en sus estudios y el pequeño más esfuerzo en el equipo de futbol, el pobre siempre fue mediocre, nunca destacó en nada. Ellos me correspondían con esas miradas suyas entre odio y recelo, que en la adolescencia son tan comunes, pero nunca me importó, sé que con ello los hice mejores.

Ahora, llegando a mi vejez, pienso que quizá nunca tuve madera de padre, quizá nunca debí serlo. Me pregunto, ¿fueron felices alguna vez? Nunca lo sentí así y yo desde luego nunca lo fui. Toda una vida llena de sacrificios y esfuerzos, para nada, sin ninguna recompensa. ¿Tan mal lo hice? Me hubiera ahorrado el trago de sentirme ninguneado por mi propia familia, nadie respeta mi opinión ni mis deseos. Tras morir mi esposa, que fue la única que siempre me cuidó, tuve muy claro que los papeles se habían cambiado.

Me había convertido en un niño mayor al que nadie quiere cuidar, al que hay que vigilar que no haga o diga lo que no debe, que solo hace que molestar. Soy un mueble viejo, aparcado en un rincón esperando que alguien se lo lleve. Mis hijos no hablan conmigo, me hacen callar o me insultan. Mis hijos no me abrazan ni me besan, me empujan cuando estoy en medio y les molesta mi lenta y torpe presencia. Ahora me doy cuenta de que esto ya lo he vivido, pero resulta que ahora soy yo el que está al otro lado.

20 comentaris:

  1. Un relato que no es que justifique el maltrato por los antecedentes, pero los sctos tienen consecuencias.Al menos , al finsl se da cuenta , cuando es un poco tarde. Ahora no rs que lo maltraten, pero lo ningunear y desprecian.
    Lo más conflictivo debió darse cuando los chicos iban creciendo, ya tenían más capacidad física. A veces la vida nos maltrata y otras la maltratados nosotros.
    besoss, amiga

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    1. Creo que hay personas que no se dan cuenta de la huella que dejan ciertas acciones en sus hijos. Esos niños crecen y gestionan lo que han percibido en la niñez como cada uno le parezca! Las buenas relaciones entre padres e hijos hay que alimentarlas siempre! Un besote, amigo!

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  2. Esta cara del maltrato se puede decir que es una consecuencia de una actuación en la vida .
    Me explico el anciano puede llegar a entender que sus hijos no le quieran o le den ese cariño , ya que él cuando era un padre joven tampoco fue cariñoso, hacia ellos.
    Es como decirlo lo que me has dado te devuelvo.
    Pero eso aunque no tiene justificación es algo como personal no sé.
    Una rama a tenerla en cuenta, y aqui entraría el rencor y dar lo que me diste.
    Un buen texto .
    Abrazos, feliz noche.

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    1. Hay relaciones familiares que son complicadas y que con los años se hacen más difíciles de gestionar. El maltrato nunca está justificado, ni en la niñez ni en ninguna etapa de la vida. Pero desgraciadamente el ser humano tiene memoria y tiende a proyectar ciertos comportamientos cuando crece. Las personas son vengativas por naturaleza, y creo que una manera de frenar la violencia de todo tipo es hacerlo desde la niñez. Un abrazote Campirela!

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  3. Lo bueno en este relato que ese padre se da cuenta del maltrato que ha ofrecido, puede que el nunca haya recibido otra cosa, y es lo que aprendió, obviamente que nada justifica el maltrato... Lo interesante sería reconocer frente a esos hijos esos errores, pedir disculpas si son sinceras y tratar de ser mas amoroso, esa sería su sabiduría.
    Triste pero tan cierto.
    Un abrazo!

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    1. El maltrato de padres a hijos a pasado de unos a otros durante generaciones, y no ha sembrado nada bueno. Por desgracia esos frutos se recogen en ocasiones en la vejez, y no de la mejor manera! Esperemos que con los tiempos eso cambie! Un abrazote!

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  4. El protagonista ha cosechado lo que ha sembrado, no les dio el ejemplo para que desarrollaron afecto.
    Incluso en su relato, descalifica a uno de sus hijos, calificándolo de mediocre
    Y no tuvo en cuenta esas miradas.

    Bien contado. Besos.

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    1. El amor por los hijos se tiene que cultivar durante toda la vida, igual que el amor hacia los padres. Si las relaciones no son buenas en la juventud, tampoco lo serán en la vejez! Es una pena! Gracias "Demi"! Un besote!

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  5. Esa reflexión del último párrafo es muy buena. El cuidador sin título y a veces sin vocación, acaba siendo uidado.

    Un abrazo, amiga

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    1. En ciertos tiempos las parejas formaban familia porque la sociedad era lo que les marcaba, algunos quizá sin desearlo de verdad. Y entonces la paternidad se convertía en una obligación nada deseada. Y en ocasiones el resultado no era el mejor. La vejez da para mucha reflexión y a veces no se llega a conclusiones agradables! Una lástima! Un besote, amiga!

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  6. Digamos que ese maltrato, nada justificado, es el maltrato del rencor. Un rencor que puede llegar a ser muy fuerte y vestir de irracionalidad y desproporcionalidad todo acto.
    De todas formas podría ser un maltrato reactivo. La educación nunca puede estar presidida por el maltrato, si no por el razonamiento, pero eso está cada vez más lejos en esta sociedad tan individualista y con tanta falta de empatía.
    Has retratado con mucha nitidez una forma de educar y relacionarse exenta de todo cariño y respeto.
    Un abrazo.

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    1. El rencor en los hijos puede ser un arma muy peligrosa para sus propios padres llegados a la vejez. Por eso es tan importante alimentar buenas relaciones con los hijos, que aunque ello no nos evite llevarnos sorpresas cuando seamos mayores, al menos no habrá sido propiciado por nuestro mal comportamiento. Un abrazote Jose Luis!

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  7. Hola, Marifelita! Bueno, al final uno suele recoger lo que siembra. El problema es si uno puede hacer otra cosa que no sea lo que se supone que debes sembrar. Durante muchos años el papel de padre debía ser autoritario, si no, eras un mal padre. Recuerdo una frase que escuchaba en los ochenta "lo que le pasa a ese es que su padre no le dio una bofetada a tiempo".
    Hoy, la sociedad tiene otra percepción de lo que es ser padre, más que padre, amigo o colega. Seguramente, el personaje de tu relato hoy hubiera sido de otra forma. Un relato muy emotivo. Un abrazo!!

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    1. Efectivamente el papel de los padres ha cambiado y eso se deberia notar en las siguientes generaciones! Esperemos que el cambio sea a mejor! Un abrazote David!

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  8. Se cosecha lo que se sembró. Tanto lo bueno como lo malo. Lo peor es que solemos darnos cuenta muy tarde de ello. Buen aporte para este jueves de toma de conciencia. Abrazo juevero.

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    1. Gracias Neo! La educacion y el cariño recibido en la infancia es muy importante para nuestro futuro comportamiento de adultos! Decisivo para algunas cuestiones! Un abrazote!

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  9. Severidad sin cariño, sin afecto, sin valoración tiene sus consecuencias y se pagan en la vejez, cuando los roles se invierten. Besos, Marifelita.

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    1. De adultos no nos damos cuenta de que lo que transmitimos a nuestros hijos es vital, para lo que sera nuestra vejez! Un besote Myriam!

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  10. Es otra lectura: la de los remordimientos, pero a mí no me vale- Loos padres nos dieron la vida, ¡pobres!

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    1. Efectivamente Tracy, hay tantas lecturas como situaciones! Y siempre es una pena ver como los ancianos no son respetados! Un abrazote!

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