Para el reto juevero de esta semana desde el Blog de nuestra compañera MYRIAM, DE AMORES Y DE RELACIONES nos propone crear un relato a partir de distintas imágenes de siluetas propuestas.
Aquí podréis encontrar el resto de relatos participantes.
"LUNA"
Después de pensarlo durante meses, finalmente me decidí a adoptar. Me puse en contacto con una fundación donde cuidaban de diferentes colonias en la calle y recogían gatos de todo tipo y condición: jóvenes y viejos, sanos y enfermos, bonitos y feotes, atigrados, rubios, pero definitivamente, de los que más abundaban eran negros.
Me explicaron que, aunque pareciera mentira hoy en día, todavía había mucha gente supersticiosa, y como los gatos negros para muchos son símbolo de mala suerte, cuando les llegaban camadas nuevas, por muy monos que fueran los pequeños, nunca se llevaban los negros. Me pareció una razón muy cruel, arbitraria y sin sentido. No me lo podía creer y a medida que me iban explicando historias, impulsivamente y sin darle más vueltas, decidí adoptar uno de aquellos gatos negros, que al menos a mí, me parecían preciosos, al mismo tiempo que misteriosos e imponentes.
Cuando salí del refugio con la pequeña Luna en mis brazos, me sentí muy satisfecha de mi buena acción. De camino a casa me cruzaba con gente que al oír sus maullidos se acercaban a mirarla. Dentro de la oscuridad del transportín destacaban sus hipnóticos ojos verdes.
— “¡Qué bonita es, que ojos tiene!” — Me decían todos, y yo orgullosa de que esa preciosidad fuera mía, como una madre al mostrar a su bebé recién nacido.
A dos calles de mi portal, caminaba distraída mirando a mi gatita cuando pasé por debajo de una escalera colocada delante de un escaparate y de la cual colgaban unas luces de navidad. Aún no sé cómo mis pies se enredaron en aquellos cables eléctricos, tropezando y cayendo al suelo, yo y el transportín con la pequeña Luna dentro. La caída fue aparatosa por querer evitar caer sobre ella. La puertecita se abrió, pero la gata se quedó allí quieta mirándome, mientras yo me agarraba el brazo, convencida de que me lo había roto.
Nunca sabré quien es la responsable de mi mala suerte que precisamente me acompaña desde ese mismo día. Si fue aquella maldita escalera, que no pensé en esquivar a tiempo, o bien mi pequeña Luna que me mira con sus ojos enigmáticos mientras escribo esta historia.
Qué enigmático relato nos dejas hoy, me has hecho pensar si en verdad es cierta la maldición de los gatos. Tuve hace años uno y no me sentí en mala suerte, tal vez la mala suerte seamos nosotros mismos. Un besote.
ResponEliminaHola Campirela! Pues en realidad yo no soy superticiosa y como amante de los gatos, puedo decir que para mi son todo un tesoro! Un besote!
Elimina¿Es una anécdota verídica? Venía leyéndote y parecía serlo, pero a dos calles de tu portal, no estoy tan segura. De todas formas, no creo en la mala suerte que supuestamente traen los gatos negros. Uno genera su propia suerte. Cuando no presto atención a los permanentes huecos roturas de las veredas por ir mirando el paisaje, ¡PUM, CATAPLUM! al piso me voy jajaja. Por suerte, hasta ahora no me he roto ningún hueso importante (fuera de la nariz) . Muchas gracias por haberte sumado a mi convocatoria, beso grande.
ResponEliminaHola Myriam! Pues no es verídica la anécdota, es inventada! Y efectivamente si no miramos por donde vamos es culpa nuestra, ja ja! Un besote y gracias por tu propuesta para esta convocatoria! P.D: (Solo la nariz? Aixxx, que daño solo de pensarlo!)
EliminaMe ha encantado la historia, nosotros adoptamos a Nana en Ocutbre y aunque las circunstancias son diferentes (yo la encontré una mañana), me ha enternecido mucho.
ResponEliminaBesos.
Gracias Noelia! Yo tengo dos gatos, uno se coló en casa y el segundo me animé a adoptarlo y fue entonces cuando me enteré sobre la reticencia de adoptar gatos negros! Un besote!
EliminaHas elegido la misma figura y un tema que gira alrededor de los gatos y su misterio.
ResponEliminaLas supersticiones son más poderosas que la realidad, pero la realidad depende de un cúmulo de circunstancias.
Un relato bonito que destaca ese misterio y la irracionalidad de las supersticiones que deja sin adopción a los gatos negros.
Saludos.
Efectivamente Jose Luis, la superstición aún está muy arraigada en muchas personas! Tendrán que pasar algunos años más para que se imponga la razón! Un abrazo!
EliminaAy, no! No le adjudiquemos a los gatos nuestra mala suerte (si es que existe) intentando negar nuestra torpeza jeje. Son tan misteriosos y bellos que se entiende pero no. No les construyamos mala fama. Un abrazo
ResponEliminaDesgraciadamente cuesta mucho que pierdan esa mala fama adquirida sin razón! Estoy de acuerdo contigo, la mala suerte viene muchas veces por nuestra propia torpeza, miedos y malas decisiones! Un abrazo, Neo!
EliminaPues sí, los gatos negros tienen colgado el "sanbenito" de que raen mala suerte, pero el pasar por debajo de la escalera también, así es que vete tú a saber quien te trajo a mala suerte, pero en este caso no sería la gatita que no escapó y se quedó contigo.
ResponEliminaLa lista de objetos que traen mala suerte, como los que la dan buena, es interminable! Creo que si tuvieramos que fiarnos de su eficacia estaríamos perdidos! Je,je! Un abrazote!
Eliminasoy incapaz de asociar el color al destino. somos dados en poner mochilas a algunos animales por el motivo que sea. No obstante no deberias pasar debajo de una escalera con un gato negro en brazos Un abrazo
ResponEliminaEstoy de acuerdo! Pasar por debajo de una escalera, ya en si, es todo un deporte de riesgo! Ja, ja! Un abrazo!
EliminaHola Marifelita sin duda fue cosa del amor materno gatuno que te obnubilo la pobre luna :) seguro que te miraba también excelente relato. Un abrazo
ResponEliminaEs que ya lo dicen, que el amor es ciego, y claro... me cegó! Ja, ja! Un abrazo Ainhoa!
EliminaJajaja bueno, nunca se sabe pero lo que seguro que trae mala suerte es ser supersticioso (y yo lo soy un poquito :S)
ResponEliminaMuy lindo!
Es que creo que solo el hecho de pensar en la mala suerte, ya la atrae! Ja, ja! Un abrazote!
EliminaCreo que la luna nos inspira a todos de alguna manera y los gatos nos hipnotizan.
ResponEliminaEncantada me voy tras la lectura de esta historia, aunque los gatos negros tienen muy mala fama. Yo tuve uno al que llamé Corpus Christi :-(), ¿qué te parece?
Y lo de la escalera, no es que me vaya a pasar algo, pero ¿y si se resbala? Mejor la bordeo :-()
Un beso enorme.
¿Corpus Christi? Sencillamente genial! Con ese nombre ya debia ser todo un caracter e imponente! Ja, ja! Pues yo creo que las escaleras son más peligrosas que los gatos negros, si duda! Je, je! Un besote Mag!
EliminaMira por donde, pues creo que aunque Luna sea portadora de tu mala suerte, tu amor supera con creces todas las supersticiones. Bonito retrato, besos.
ResponEliminaEl amor siempre tendría que estar por encima de la suerte! O eso creo que sería lo más sano y recomendable! Ja, ja! Un besote!
EliminaYo, como myr, también creo que es una historia real. Posiblemente se te ha olvidado y ha aflorado aquí a través del subconsciente😜
ResponEliminaSiempre dotas a tus textos de una naturalidad que inducen a pensar wue son reales. La pregunta que surge es: si hubiera habido varios gatos negros para elegir y uno tuvieras en la frente una mancha blanca en forma de 13 ¿ cuál hubieras cogido? Y que nombre le habrías puesto?
Abrazoo
Es todo un piropo que me digais que parecen historias reales, y me siento muy alagada! A veces están basadas en hechos reales, pero no ha sido el caso en este relato! Je, je!
EliminaSin dudarlo habría escogido a "Trece" que así habría llamado al gato! Ja, ja! No soy para nada supersticiosa!
Un besote amigo!
Desde luego la gata no y la escalera aun menos seguro. A despistado no me gana nadie o quizás poca gente.
ResponEliminaY los gatos son maravillosos, quizás un poco crueles a la hora de comer, peo son gatos al fin y al cabo.
Supongo que lo más fácil es echar la culpa a otros cuando las cosas no no salen como queremos! Ja, ja! Un abrazo!
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