En
esta ocasión nuestra amiga INMA, en su Blog “Moli del Canyer” nos
propone desarrollar un relato a partir de una selección de fotografías algo
antiguas y muy inspiradoras. Podemos
escoger una de ellas y explicar su historia.
Aquí podréis encontrar el resto de relatos
participantes en este nuevo y nostálgico reto.
SOY NACIDA DEL AÑO DOCE
Era lo primero que decía cuando alguien la elogiaba por lo bien que se conservaba para su edad. También era el presagio de que algún relato de su juventud estaba a punto de empezar. Anécdotas tenía miles. Sin duda la más repetida era ésta.
Ella quedó viuda con dos niñas pequeñas en la guerra. Para lo más básico como pan, harina, café o leche, se tenía que hacer cola en los puestos de racionamiento. La leche en polvo era muy codiciada y escasa. El café y la harina venían en pequeños paquetitos que alargaban al máximo y que incluían algún tropezón inesperado por lo que merecía la pena pasarlos por un colador. Al llevarse el pan a la boca, se podía encontrar algún objeto que por accidente perdiera el panadero dentro de la masa, como algún pelo, una uña, un trocito de madera, o incluso un botón, que en una ocasión casi hace que se partiera un diente.
Esas colas eran concurridas y muy lentas, coincidía con vecinos del barrio con los que charlaba hasta que le tocaba su turno. Dependiendo del oficial al cargo, la cola era en un estricto orden y silencio, o más informal si acudía el mismo asiduamente y ya lo conocían.
En una ocasión una desconocida se le intentó colar mientras ella daba conversación a una vecina y empezaron una pequeña discusión. Uno de los guardias era nuevo y quizá nervioso por la sorpresa o ansioso por hacerse respetar, no dudó en acercarse para ver que ocurría y dejar clara su autoridad. Ella no se dio ni cuenta, que ya tenía al policía encima repartiéndole un porrazo tras otro. El incidente provocó que de pura rabia se despachara a gusto con el policía, y su afilada lengua hizo que esa noche la pasara en un calabozo. Al día siguiente regresó a casa, con las manos vacías y deseosa de encontrar a sus niñas a cargo de la vecina del segundo, tal como les tenía dicho que hicieran si veían que a cierta hora mama no regresaba a casa.
Ella siempre mantuvo la teoría de que un bulto que le salió en un pecho con los años, vino a raíz de los porrazos que le propinó el policía aquel día. Ese bulto se convirtió en un cáncer de mama que por suerte fue extirpado y salió con vida para poder explicarnos mil veces esta anécdota que según ella fue la causante de semejante disgusto.
Una historia de la época , donde esas colas eran pura sociedad de conversación y cotilleo jaja, pero tan bien de saber los unos de los otros. Lo has descrito perfecto y nos has metido en la historia de esa mujer como mucha otras que ella solas sacaron a su prole adelante. Un besote feliz semana.
ResponEliminaGracias Campirela! Esa época tiene miles de historias dignas de ser contadas y recordadas. Estas fotos serán una buena inspiración para hacerlas aflorar! Un besote!
EliminaUna situación que casi acaba en tragedia.
ResponEliminaEran tiempos siniestros.
Besos.
Ciertamente, tiempos muy difíciles, y por ello es importante no olvidarlos y mantener vivas esas historias! Un beso!
EliminaDesde que tengo uso de razón, siempre anduve con mayores, me encantan sus historias, son los más interesantes. Un placer leerte.
ResponEliminaBesos
Estoy de acuerdo! Cuando desde la infancia te rodea gente mayor y sus anécdotas, aprendes a escuchar y con los años descubres que posees una caja llena de historias interesantes. Un besote!
EliminaToda una lección de vida en esa anécdota que nos narras. Difíciles tiempos los de escases y guerra. Muy emotivo. Un abrazo
ResponEliminaTiempos duros, y estas mujeres, por suerte para todos, lo fueron aún más! Tenemos mucho que aprender de ellas y sus historias, sin duda! Un abrazo!
EliminaPuff, qué tiempos más duros. Ahora no estamos para tirar cohetes, pero a veces sólo hay que comparar para ver qué ni tan mal, oye. Buen texto, he notado claramente su rabia en tus palabras.
ResponEliminaAnte las injusticias muchas veces tan solo nos queda la rabia! Y a menudo es difícil de olvidar y disimularla! Un abrazo!
EliminaUna historia cruda y reflejo de una época que, sin duda, también lo fue.
ResponEliminaEllas eran valientes y fuertes; nos dejaron grandes enseñanzas y unos valores que, por desgracia, a veces parece que se olvidaron…
Memorarlas es un honor, y tú la has hecho precioso.
Un placer tu participación, querida amiga.
Abrazo grande 💙
Gracias Ginebra! Para mi, rememorar esos recuerdos es un honor, como dices, y al mismo tiempo lo siento como una obligación! No puedo dejar que sus historias caigan en el olvido! Un abrazote!
Eliminate decía que tristes historias las que se daban en aquellos tiempos de hambruno y represión, ¡Qué pena!
ResponEliminaSi, muchísimas! Más tristes que de bonitas y felices! Pero no por ello hay que olvidarlas! Nos pueden enseñar mucho recordarlas! Un abrazo!
EliminaRetazos de una época dura, pero la mujer demostró tener un carácter fuerte y una gran entereza. Me encantan estas historias que nos contaban los mayores. Gracias por sumarte, besos.
ResponEliminaEran otros tiempos, y sus gentes también, como se dice ahora " de otro tiempo"! Y es que ya no queda gente dura y fuerte como ellos! Imagino que también por lo que les tocó vivir! Un besote!!
EliminaYa pasaron y bien esta. Aunque aun haya algún nostálgico que como no lo ha vivido quisiera que volvieran.
ResponEliminaPues hay que aprender de la historia, para bien o para mal! Ahí está y hay que tenerla presente, sobre todo si hay cosas que uno no quiere que se repitan! Creo que es importante no perderla de vista! Un abrazo!
EliminaGINEBRA eligiô tu misma foto pero ambas tuvieron resultados muy diferentes. En común, la figura de la madre, pero la tuya es luchadora y cascarrabias, una viuda luchadora que cria sola a sus hijas en tiempos de guerra y escacéz. Una que no se deja doblegar pero que está llena de prejuicios. Una muy humana.
ResponEliminaBesos, Marifelita 6
Este tipo de mujer seguro que abundaba por aquellos tiempos! Imprescindible para sobrevivir a la época! Besos!
EliminaVaya, aún por encima le cayeron los porrazos, sí que refleja en parte la carita de la foto. Un abrazo.
ResponEliminaSi, en aquellos tiempos le podia caer a uno un porrazo solo por hablar! Un abrazo!
EliminaHermosa historia llena de humanidad por parte de la protagonista: recia, peleona... Una gran mujer,
ResponEliminaGracias Maria Pilar! Está inspirada en una anécdota de mi bisabuela! Un abrazo!
EliminaLo malo de una guerra no es la guerra en sí sino cuando termina y vienen las necesidades. Yo creo que no sobreviviría en esas circunstancias o me volvería loco.
ResponEliminaUn saludo
Creo que la gente en aquella época eran más capaces de adaptarse a la escasez y los problemas! Eran unos supervivientes natos! Nosotros no hemos vivido su tiempo y nuestra capacidad de sacrificio es muy distinta! Yo tampoco me veria capaz, aunque como dicen las abuelas "de todo se sale"! Un abrazo!
Eliminadebieron ser tiempos de muchos nervios y estómagos vacíos, pero que mercaron de por vida a esa generación. No cabe duda que esos recuerdos se perderán pasada la segunda generación como lágrimas en la lluvia, copiando la frase final de una famosa pelicula Un abrazo
ResponEliminaHola Rodolfo! Conozco la frase y la película! Y define muy bien como quedaran estos recuerdos de nuestros mayores si no los transmitimos! Dejándolos escritos dejamos nuestra huella y constancia de esta extraordinaria generación! Un abrazo!
EliminaHermosísimo relato, lleno de experiencia, de vivencias y de perseverancia. Un abrazo.
ResponEliminaGracias! Esas son precisamente las grandes aportaciones que hacen nuestros mayores a nuestras vidas. Un abrazo!
EliminaUna época dura donde la fuerza era siempre contra los más débiles. Muy bonito relato.
ResponEliminaPor suerte, los débiles demostraron tener una gran fortaleza, pese a todo! Un abrazo!
EliminaMarifela, una historia relatada por una sobreviviente , cargada siempre con la vida de aquellos tiempos. Encantada de leerte. Un abrazo.
ResponEliminaGracias a esos supervivientes y sus memorias, nosotros ahora podemos transmitirlas por ellos! Un abrazo!
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