Tras casi dos meses de parón, empezamos el “curso” de nuevo con nuestros amigos de "EL TINTERO DE ORO", y sus propuestas.
Para este mes de Septiembre, tras acabar muchos de nosotros las vacaciones estivales, nos proponen un reto con un marcado toque cultural. Se tratará de escribir un relato basado en una obra de arte, sea una pintura, escultura, arquitectura, o en cualquiera de sus formas y representaciones. Como siempre sin superar las 250 palabras y con estilo libre.
AQUI podreis encontrar el resto de relatos participantes:
"EL SURREALISMO Y YO"
Entrar a un museo siempre me ha costado, cualquier otra manera de pasar el tiempo me resulta más interesante. Ese día tuve que ir por compromiso, a mi cita le encantaban y pensé que ganaría puntos con ella acompañándola.
Nada más entrar me di cuenta que no era el tipo de museo habitual, con pinturas clásicas, atmósferas oscuras y claustrofóbicas, mostrando viejos temas sobradamente reconocidos en torno a las mismas leyendas y escenas religiosas siempre tan instructivas y moralizantes.
En el vestíbulo, la inquisidora mirada de Salvador Dalí me intimidaba diciéndome: “¿que se te ha perdido aquí, chaval?” Mientras me fijaba en su nítido rostro, sus facciones se redibujaban, transformándolas en una colorida variedad de frutas y verduras.
Seguí por el pasillo y allí encontré ”El Grito”, aunque en una versión libre algo peculiar, como si fuera el capricho de algún frutero habilidoso y con gran sentido del humor. Tras varias versiones vegetales y gastronómicas de obras célebres, me pareció refrescante una reproducción de la mismísima “Gioconda” combinando numerosos mariscos y cefalópodos. Debo reconocer que me inquietó y al mismo tiempo de removió ligeramente el estómago.
A la salida, me esperaba una original escultura de frutas y hortalizas cuidadosamente escogidas y apiladas, reproduciendo aquellas figuras “elefantásticas” y famosísimas de Dalí. Algo mareado y confuso, salí por la puerta pensando que sería la última vez que entraba en un museo tras comer un copioso menú degustación de cincuenta platillos y acompañado quizá, de demasiadas copas de vino.
Si tienes curiosidad por ver más obras impactantes, originales y divertidas, como las que te he presentado ilustrando el relato, debo decir que no se trata de una invención de ninguna IA y que puedes visitarlas en The Big Fun Musem - Museo de las Ilusiones en Barcelona.
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Hola, Marifelita, no tengo ninguna duda de que iré a visitar ese museo si voy a Barcelona. ¡Genial! El museo y tu relato, acompañado de las obras que nos presentas, muy originales todas. Adaptaciones "verduriles" con mucha creatividad, juego y arte. Y es que a nadie le amarga una verdura, esté donde esté o como esté. Muy curioso, de verdad.
ResponEliminaMuchas gracias por participar en el microrreto del Tintero.
Un abrazo. :)
Gracias Merche!
EliminaLa verdad es que es una visita que no deja indiferente. Calificarlo de "arte" ya lo dejo en manos de los más expertos y entendidos! Je, je! No quiero entrar en polémicas! Ja, ja! Un abrazote!
Original y curioso el museo. Estoy demasiado lejos para darme una vuelta, pero la verdad es que has descripto muy bien algunos cuadros y puedo contar contigo para seguir dándome idea de qué hay de nuevo y vivificante por aquellos lares. Un gran abrazo
ResponEliminaDesde ,luego, el museo no tiene desperdicio , y para quien le guste ese tipo de pintura es prioridad visitarle en una visita a Barcelona.
ResponEliminaUn relato muy bien llevado, acompañado de las pinturas.
Besotes, feliz regreso vacacional.