dilluns, 23 de juny del 2025

Cada jueves, un relato - Tema: No a las drogas – “Periferias”

Este jueves nuestra compañera CAMPIRELA nos hace una nueva propuesta juevera, esta vez un tema algo espinoso pero muy importante, aprovechando que se aproxima el 26 de Junio, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.

Este día, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas, busca concienciar a la población sobre la importancia de la prevención, el tratamiento y la rehabilitación en relación con las drogas.

Así que el reto tratará de escribir sobre ellas, una historia real o de ficción, empleando cualquier género: prosa, poema, narrativa, y siempre sin sobrepasar las 350 palabras. Así que entre todos aportaremos nuestro pequeño granito de arena a la causa.


AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes.


Fotografía: Antigua fábrica en el Barrio de "Can Tunis" - Barcelona


"PERIFERIAS"
 

De niña me daba vergüenza decir donde vivía. Una tarde regresando del centro con mi abuela, bajo un buen chaparrón intentamos parar un taxi. Al decirle donde íbamos, contestó: “¡Por allí no voy!”, dejándonos tiradas bajo la lluvia.

La Zona Franca despertaba rechazo en mucha gente, principalmente por desconocimiento, porque era un barrio obrero más. Estar demasiado cerca de la zona portuaria y del polígono industrial no ayudaba. Para ir al centro tomábamos el 38, autobús conocido por dar mil vueltas a la ciudad. También porque paraba por la polémica “Can Tunis” suburbio donde se trapicheaba y se consumían drogas.

Nada más subir en la parada de “Las Ramblas” podías notar cierto tufillo de mercado, bolsas con las compras recién hechas en “La Boqueria”. A medida que se acercaba al puerto, subía gente con ciertas pintas que ya sabíamos donde bajarían. Pero al llegar a Can Tunis, los que subían daban más miedo que los que bajaban. Algún descarado se colaba sin pagar, otros casi sin poder abrir los ojos se dirigían siempre al fondo del autobús.

Al arrancar el conductor, se notaba cierto olor que ya no era de mercado, más bien un aroma entre ahumado y vegetal. En ocasiones, al mínimo frenazo, salían rodando por debajo de los asientos algunas jeringuillas que provenían de la última fila.

Una tarde saliendo del instituto coincidimos con un antiguo compañero de la escuela. Su apariencia frágil y dejada nos impresionó porque estaba desconocido. Nada quedaba de aquel chico fuerte, sano, deportista y vital que recordábamos.

Han pasado muchos años desde que dejé el barrio. No parece el mismo tras la gran remodelación de las Olimpiadas del ’92. Pero hay alguien que si permanece igual. Aquel compañero de escuela, vagando por las calles en “chandal” y con su vieja riñonera, dando vueltas incansablemente con la mirada perdida igual que su paso. No parece ir a ningún lugar en particular. Dirías que busca la parada de aquel mítico 38. No la encontrará jamás, ese camino que empezó hace tantos años le ha dejado en un oasis permanente, del que parece que nunca podrá escapar.

AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes.



2 comentaris:

  1. Una triste realidad muy bien plasmada con tu relato en primera persona. Una gran pena la de personas que quedaron varadas buscando la mítica línea del 38. Se encoge el corazón en cada línea. Un abrazo

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  2. Gracias, por este relato que representa mucho una época, donde la droga estaba en la puerta de los colegios, como el que vende caramelos.
    Y es una pena, la destrucción de familias que ha hecho las malditas drogas.
    Un besote grande.

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Cada jueves, un relato - Tema: No a las drogas – “Periferias”

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