Esta semana desde el Blog amigo “EL VICI SOLITARI” nos proponen el siguiente reto Juevero, como veréis un tanto desenfadado, con las siguientes premisas:
Lugar: En la terraza de un ático
Personajes principales: Una persona de genero a elegir, de carácter serio y circunspecto, y una tórtola de genero y carácter a elegir
Inicio: La persona está mirando el paisaje apoyada en la baranda, cuando por ella se acerca caminando la tórtola y por primera vez se dirige a la persona y le pregunta: ¿hoy hay lentejas para cenar?
Extensión: Ajustarse en lo posible a las 350 palabras.
Como es un tanto “Crazy”, igual que las aventuras y desventuras de nuestra acontecida diva, Irene Hewitson, esta semana presento un 2x1, como le gusta llamarlos a nuestro amigo Gabi.
AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes:
LA TÓRTOLA y LAS LENTEJAS
Una persona seria y circunspecta como soy yo, muy atada a la realidad, muy de tocar con los pies en el suelo y poco afecta a la fantasía, estaba apoyada de codos sobre la baranda de una terraza. De pronto aterriza sobre ella una tórtola, que se me aproxima y mirándome con un ojo me pregunta:
—¿Hoy no me das lentejas?
Esto que podría ser un sueño algo surrealista, desgraciadamente no lo fue. Se trataba del principio de un guion que llegó a mis manos hace unos años y que me vi obligada a aceptar, según el profesional criterio de mi agente. Me aconsejó que firmara ya que se trataba de una historia de fantasía orientada al público joven y que sería un éxito seguro con continuidad en una saga de varias películas, lo que me garantizaría unos buenos ingresos durante años.
El guion parecía concebido por dos “fumetas” en horas bajas, sin apenas conexión entre escenas. Quizá fuera culpa del estudio al recortar lo que no les interesaba y atiborrar el metraje con escenas llenas de acción y efectos especiales espectaculares, hechas con cromas y retocadas por ordenador, lo que le quitó toda la magia a la experiencia.
Lo que decididamente le quitó la magia a la película, fue mi último día de rodaje. Dejaron sabiamente para el final la única escena con algo de acción en la que yo participaba. Conociendo mis antecedentes ya podeis adivinar que no acabó del todo bien. Por no extenderme demasiado solo os diré que acabé en el hospital atendida de urgencia con algunas quemaduras entre otras cosas. En un tropezón muy tonto por culpa de la poca luminosidad de la escena y mis largos ropajes, mi excesiva peluca se prendió accidentalmente en una antorcha del decorado, y en mi aparatosa caída posterior, un puñal de atrezzo quedó clavado por desgracia (aunque bien visto ahora con perspectiva quizá debería decir por suerte) en una de mis prótesis mamarias.
Así quedó al descubierto el secreto de que mis abundantes y bonitos pechos no eran naturales, pero lo peor estaba por venir unas semanas más tarde.
Tras el estreno en cines, las críticas fueron pésimas y el estudio no recuperó el dinero invertido, así que adiós al contrato millonario que predijo mi exagente. Lo que me sentó peor, además de los desafortunados y numerosos comentarios sobre mi accidente mamario, fue que años más tarde la cadena HBO compró los derechos de la idea original e hizo una serie con actores de primera talla entre los que, por supuesto, no me encontraba yo, y que con sus diez temporadas recaudó millones y se ha convertido en un clásico de la televisión. No hace falta que os diga que no toqué ni un céntimo de aquel exitoso proyecto. Eso sí, la indemnización millonaria que le reclamé a la cadena además de acabar en los tribunales y dar muchos minutos de provechosos momentos televisivos y una miniserie documental, me sirvió también para hacerme con unas tetas nuevas que puedo decir orgullosamente a día de hoy que rayan la perfección.
Si quieres saber más sobre las desventuras de esta diva tan acontecida, puedes seguir sus andanzas cada fin de semana AQUI.