No
puedes evitar pensarlo, cada vez que abres el armario de la cocina, coges el
bote de café soluble y le echas una cucharadita a tu vaso de leche. ¿Te
imaginas que un día te llamaran y te dijeran que has sido premiada con un
sueldo para toda la vida? Y es que llevas toda tu vida viendo el anuncio de
Nescafé, y la mitad de ella, desde que trabajas, enviando sus etiquetas por
correo puntualmente para el sorteo, con toda la ilusión del mundo, pero sin
nada de suerte por el momento.
No es
que trabajar tenga nada de malo. Es que ahora que llevas casi año y medio
dedicando tu tiempo exclusivamente a tu persona, se te hace muy difícil pensar
que un día volverás a la oficina y te sumergirás de nuevo en la rueda que es la
vida laboral, con sus quiebros, imprevistos, inseguridades y decepciones.
Y es
que te has acostumbrado a que te regalen tu tiempo. Pero aquí te encuentras cada
mañana pensando en la de posibilidades que se te abrirían cada día. Podrías apuntarte
a clases de cerámica, que tuviste que dejar hace años, por no adaptarse a tu
horario laboral. Podrías vivir una temporada en el extranjero, viajar y conocer
gente y mundo, además de aprender un nuevo idioma, pero necesitas el trabajo.
Podrías dedicar más tiempo a tus amigas, a quedar más a menudo, compartir tu tiempo
libre juntas y disfrutar de vuestras aficiones. Porque ahora con tu horario y
ellas con sus niños, entre semana es imposible compaginarlo con vuestros
trabajos y el fin de semana queréis dedicarlo a la familia.
Así
que antes de que alguien levante el teléfono, contacte contigo y te requiera para
volver a tu trabajo, tienes que aprovechar cada día al máximo este tiempo que
te están regalando. Así que yo de ti, quedaría con las amigas para tomaros un
café, hacer manualidades, ir al gimnasio o lo que surgiera. Me apuntaría a
cualquier curso, de inglés, de cerámica, o de lo que fuera, incluso hasta un
taller de escritura creativa que siempre te había llamado la atención.
Porque
imagínate por un momento que no solo aprendieras algo en ese taller, sino que
además se te diera bien, o incluso llegara la oportunidad de que escribieras
algo más en serio, y no solo eso, sino que a alguien le pudiera gustar tanto,
que se interesa por tu material y lo acabaran publicando. Imagínate por un segundo,
que incluso pudieras llegar a tener éxito y te propusieran hacer hasta una
serie con el argumento. ¿Te lo imaginas? Ahora no podrás dejar de pensar en
ello…
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