Pestañas

dimecres, 31 de gener del 2024

Cada jueves, un relato: Tema- Mi persona favorita – “Pintando canas“

Para el próximo reto, nuestra compañera DAFNE desde su Blog SINEDIE, nos propone, después de cuatro años desde su primer anfitrionazgo de retos jueveros, la siguiente propuesta.

Crear un relato, poema o reflexión que gire en torno a una persona favorita, puede ser personal o ficticio.

Una persona favorita es aquella que ocupa la mayor parte de nuestro corazón, la que nos alegra el alma simplemente al pensar en ella. Aunque esa persona no esté a nuestro lado, de alguna manera está presente. Su mirada, su voz, su risa, hay elementos que la convierten en una persona irreemplazable. Y ciertas experiencias vividas con ella, únicas y personales la hacen aún más especial.

AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes.

"PINTANDO CANAS"

Imagen: Pixabay


La tía Esperanza, hermana de mi abuela, usaba una crema para cuidarse el cabello, que dejaba un ligero tono azulado a sus canas. Siempre decía que el pelo canoso amarillento era de cochinas. En su defensa debo decir que su ignorancia no le dejaba entender que no todo el mundo tenía su misma suerte al tener ese blanco nuclear del que tanto presumía ella, cuando crían canas. No vivió lo suficiente para descubrir que las canas de alguna de sus hijas y sobrinas eran tirando a amarillentas, con lo que ella las odiaba.

¡Sin duda era mi tía favorita, era tan presumida! Me encantaba verla llegar entusiasmada con sus compras: zapatos y bolsos a juego, foulares, perfumes, cremas y un producto especial, para hidratar y fortalecer el cabello, evitando la caída, su principal obsesión.

Al preguntarle yo por ese producto, me había dicho que se trataba de un “crecepelo” y yo siendo una niña, y deseosa de conseguir una larga y bonita melena, le pedí ponérmelo en alguna ocasión. Al ser muy caro y pensando ella que yo no haría buen uso derrochándolo, me dijo que solo era para cabellos blancos y que, si te lo ponías en pelo de otro color, se convertirían en canas en poco tiempo.

Yo hice ver que creía sus palabras, aunque pensé que me decía una mentirijilla para que no tocara sus cosas. Alguna vez que iba a su casa me colaba en su habitación y a escondidas, mojaba mis manos con algunas gotas de aquel misterioso potingue y me ponía también un poco de su colonia para que no detectara el escandaloso aroma de hierbas que dejaba el mágico elixir. Nunca pude asegurar que efectivamente hiciera crecer el pelo a un ritmo más rápido de lo habitual.

No sé si mi tía era algo brujilla, o simplemente tenía razón, pero hace poco he pasado de la treintena y me acuerdo mucho de sus palabras. Empiezo a tener canas, para mi gusto precozmente, y aumentan de forma exponencial, sin que pueda hacer nada por evitarlo.


30 comentaris:

  1. Aw, tu relato me ha recordado a un tónico capilar que se ponía mi abuelo: ron-quina kesmar azul. ¿Será el mismo que el mágico elixir de la tía Esperanza? De todas formas, las canas son preciosas; quien quiera teñirse, maravilloso, y quien quiera mostrarlas, igualmente maravilloso.
    Gracias por participar, Marifelita.
    Un besazo
    PD: no sabía que estábamos próximas en edad <3 yo ya he pasado el cuarto de siglo

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    1. Las canas son un trauma para mucha gente, imagino que son un recordatorio del paso del tiempo irreversible y la vejez! Je je! Aunque yo soy bastante mas mayor que la protagonista, pues me acerco al medio siglo, pero con espiritu joven! Je je! Un abrazote!

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  2. Qué bonita historia me has recordado a mi madre, que utilizada una crema azulada para su pelo gris y le quedaba de miedo.
    Me ha gustado mucho, creo que como dije antes este jueves vamos a estar rodeados de emociones y sentimientos. Un besote grande.

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    1. Gracias Campirela! Ese reflejo azulado en el pelo blanco estuvo muy de moda años atras! Je je! Sin duda este reto despertará muchos recuerdos! Un abrazote!

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  3. Muy buena historia, y con ese final canoso. Pues era una persona especial, seguro. Sea o no real el cuento.

    Un fuerte abrazo, amiga.

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    1. Todos tenemos esas personas especiales que han dejado huella en nosotros. Yo suelo sacarlos a pasear de una manera u otra en mis relatos, siempre que puedo! Un abrazote amiga!

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  4. Un texto emotivo y lleno de complicidad. Buena aportación Marifelita y sigue los consejos de tu tía respecto a las canas. Un abrazo!
    lady_p

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    1. Je je! Habra que hacer caso a la sabia tia Esperanza! Un abrazote Lady_p!
      P.d: por cierto, siempre te leo pero tengo problemas para dejarte mis comentarios...será la configuración...seguire investigando!

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  5. Ay...Que bonito relato, Marife. Has hecho que recuerde a mi abuela. La conocí con el pelo totalmente blanco y como la tía Esperanza usaba cosas para quitar ese amarillo de cana vieja. A los treinta empecé a teñirme y esclava del tinte he estado hasta hace un año que me he rendido a mi genética por consejo de mi peluquera.
    Me encantó tu relato.
    Un abrazo.

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    1. Todos tenemos nuestras historias y anecdotas respecto a las canas! Cada uno las lleva a su manera! Je je! Un abrazote!

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  6. Yo diría que "la experiencia es un grado" y que tu tía tenía razón. Si te caía tan bien sería porque era un sentimiento recíproco, por lo que deduzco que en su ánimo sería difícil encontrar la intención de soltarte una mentirijilla. En cualquier caso, me ha parecido una estupenda aportación al reto.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Marcos! Cuando somos niños no apreciamos los consejos de nuestros mayores! Es de adultos que nos damos cuenta de su importancia! Un abrazote Marcos!

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  7. Qué linda y curiosa manera de recordarla! Te entiendo lo de las canas, las primeras mías apareciendo a los veintitantos, apenas. Un abrazo

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    1. Efectivamente, las canas cuando aparecen de forma prematura suelen causar más bien tristeza! Je, je! Un abrazote!

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  8. Hola, Marifelita, no sientas las canas como síntoma de vejez, sino como síntoma de madurez y de que las puedes lucir orgullosa porque estás viviendo (aunque todas nos las tintemos para no tenerlas, jeje, por la vanidad de los años). Muy buen relato, un recuerdo para la tía Esperanza.
    Un abrazo. :)

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    1. No sé que tienen las canas que siempre se ven más atractivas las ajenas que las propias! Ja, ja! Un abrazote Merche!

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  9. Es muy bonito tu relato, me trajo nostalgia de mi infancia pues me hizo recordar que mi tía que era rubia cuando empezaron a asomar las primeras canas usaba un tónico de manzanilla para mantener el rubio y que las canas no se notaran tanto. Me encantó y emocionó.
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

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    1. Rubias o morenas, las mujeres siempre se han esforzado por disimular las canas, a cualquier edad y el máximo tiempo posible! Je, je! Un abrazote Patricia!

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  10. Muy lindo y tierno relato que deja entrever un cariño enorme y una huella imborrable que ha dejado en ti, aquella tía Esperanza

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    1. Hay personas que hemos tenido el privilegio de compartir la vida con ellas y que dejaron una profunda huella en nosotros! En nuestro recuerdo quedaran para siempre! Un abrazote!

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  11. Tengo el pelo completamente níveo y no he sentido la tentación de simular ese color fruto de toda una vida, aunque entiendo los esfuerzos del que se afana en que esté lo más atractivo posible. Me encanta la complicidad con la hermana de tu abuela, que por la devoción que de ella escribes era sin duda, una persona favorita para tí.
    Un abrazo.

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    1. Supongo que cuando el pelo esta totalmente blanco y uniforme es mas facil de asumir! Las primeras en aparecer son las mas dificiles de encajar! Ja ja! Un abrazote Pepe!

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  12. Precioso relato con sabor a tiempos pasados en los que se sitúa la acción.
    Besos

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  13. ¡Hola, Marifelita! Donde hay pelo hay alegría y de siempre su abundancia y color ha sido el termómetro de nuestra salud o edad. Quizá por eso lo de los vendedores de crecepelo. Un relato estupendo e intergeneracional, y es que en lo que a canas se refiere solo es cuestión de tiempo. Un abrazo!

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    1. Hola David! Efectivamente, como en todo en la vida, es cuestión de tiempo que nos llegue el turno a todos! Je je! Un abrazote!

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  14. Hola Marifelita, que graciosa manera de recordar a tu tía. Las canas son así aparecen cuando les da la gana, a mí me llegaron con 55 años y mis amigas se extrañaban y a veces me preguntaban dudosas si me ponía algún tinte. Pero lo más gracioso es que mi marido con 61 años no tiene ni una cana. Y yo a mis 59 si tengo bastante.
    Me gustó mucho la forma en que describes actu tía Esperanza que debió ser muy coqueta. Un abrazo

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    1. La coqueteria se ve como una graciosa y entrañable virtud, sobretodo con los ojos de las que no lo somos tanto, como yo! Je je! Que suerte lo de vuestras canas! Que envidia! Ja ja! Un abrazote!

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  15. Ahora se usa muchísimo dejar al natural las canas, hay quienes le quedan de maravilla. Yo todavía no me animo jajjaa así que miento con alguna tintura. Me encanto tu tía presumida, así era una abuela mía.

    Un abrazote :)

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    1. Yo querría hacerlo también, menuda esclavitud, pero aun no me atrevo! Je je! Es toda una suerte en nuestros tiempos! Un abrazote Cecy!

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