Cada jueves, un relato: “DIARIO DE EVA”

Para el reto juevero de esta semana desde el Blog de nuestra compañera TRACYCORRECAMINOS, nos propone crear un relato en el que intentemos contestar a la pregunta que el autor Eduardo Galeano se hace en el siguiente extracto:

“Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿cómo sería la primera noche de amor del género humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa.”

Aquí podréis encontrar el resto de relatos participantes.

A continuación os comparto mi relato aunque quizá no cumpla la condición propuesta estrictamente:

"DIARIO DE EVA"

Presiento que hoy es un día trascendental, el principio de todo. Noto dentro de mi algo que fluye y crece, no sé cómo explicarlo. ¿Será eso que el todopoderoso llama amor, hacía este compañero de vida que se me ha asignado? ¿Será que puedo sentir mi inminente maternidad?

Tengo la necesidad de dejar constancia de todo lo que ocurre, de lo que veo, de lo que siento, lo que aprendo día a día, todo es nuevo para mí. Además, creo intuir o presentir de una forma extraña lo que vendrá. Que privilegio ser la escogida para formar esta gran familia que será la humanidad. Y que gran responsabilidad también, por lo tanto, no puedo fallar. Tengo que aportar lo mejor de mí misma y dejar un buen legado y enseñanzas a mi descendencia.

Puedo aseguraros que me sacrificaré por mis hijos para que nada les pueda faltar. Me comprometo a cuidarlos, alimentarlos, abrigarlos y guiarlos en el camino para que crezcan fuertes, sanos, felices y orgullosos de sí mismos.

A enseñarles a respectar la naturaleza ya que de ella obtendrán todo lo que necesitan para vivir en paz, con los demás y con ellos mismos.

Transmitirles los valores del trabajo bien hecho, el esfuerzo, el amor y el respeto por el prójimo.

Y a mi compañero de vida, me comprometo a respetarlo, comprenderlo, quererlo y cuidarlo, acompañándolo hasta el final de nuestros días.

Pero como se le ocurra a cualquiera de ellos engañarme, mentirme, decepcionarme, desobedecerme, levantarme la voz o incluso la mano, ¡no solo van a ver volar mi zapatilla!

Así que espero que no me obliguen a recordarles que: ¡Ya se lo dije! ¡Avisados quedan!