Nuestra amiga GINEBRA BLONDE desde su blog SERENDIPIA nos propone un nuevo reto para este mes de junio. Se tratará de desarrollar alguna historia en que la adolescencia sea la protagonista.
Para inspirarnos, como siempre, nos propone unas ilustraciones. En este caso ha escogido algunas viñetas y dibujos del conocido personaje de cómic “Esther” de la ilustradora Purita Campos. Así que sirvan estos relatos como homenaje al entrañable personaje que nos acompañó a alguna de nosotras en la adolescencia y por supuesto también a su talentosa creadora.
AQUÍ puedes encontrar el resto de imágenes y relatos participantes.
" EL DIARIO DE ESTHER"
Ilustración: Purita Campos
Yo que nunca he sido nada deportista, me he apuntado al gimnasio. Mis compañeras de clase me han comentado que Miguel, el chico que me gusta y que va dos cursos por delante, empezaría a trabajar este mes en el gimnasio de moda de la ciudad.
El verano pasado lo vimos de socorrista en la piscina municipal. Y fue cuando me quedé colgada por él. Mis amigas se burlan de mi porque dicen que es totalmente inaccesible para una chica como yo, que me vaya olvidando. Mejor no hacerse ilusiones con esa clase de chicos cuando una no tiene ninguna posibilidad. Pero yo paso de hacerles caso, me gusta demasiado, no lo puedo evitar.
Así que con mi nuevo conjunto de bañador, chanclas, gorro y gafas todo a juego, fui decidida a la zona termal y su piscina interior. Mi plan era hacerme la encontradiza y que, a fuerza de ir viniendo cada día un ratito, fuéramos entablando conversación.
Lo que en un principio me pareció un buen plan, no estaba dando los frutos esperados, o al menos no al ritmo que yo pretendía. Llevaba quince días seguidos viniendo a la misma hora. Y ni él me dirigió la palabra ni yo me atreví a saludarlo. Creo que con el gorro y las gafas quizá no me reconocía. Siempre me quedaba de las últimas para que no tuviera más remedio que venir a avisarme que era la hora de cerrar, pero ni así conseguí la más mínima reacción.
En lo que sí me había fijado es que a esa misma hora casi antes de cerrar, venía otro chico que solo se estiraba en una tumbona del solárium y allí pasaba el rato. Él sí que se quedaba el último y serían amigos porque charlaban animadamente, se reían e incluso alguna vez le ayudaba a recoger.
Pero hoy he entrado en la piscina decidida a no esperar más y saludarle a la primera ocasión que tuviera. Cuando los bañistas se fueron retirando y ya era la hora de ir recogiendo, he salido de la piscina, me he secado y camino de la puerta he pasado justo al lado de donde estaba Miguel charlando con su amigo como cada día y he soltado:
—¡Hola chicos! ¿Cómo estáis?
¿En serio, Esther? Un simple ¡Hola chicos! ¿No se te ha ocurrido algo más original, algo con lo que poder alargar la conversación? Pues no, no se me ha ocurrido pero que más da, porque ellos ni siquiera se han fijado en mí, ni me han respondido. Tampoco me extraña porque, entre que este bañador de abuela me tapa todo y no sugiere ni el más mínimo de mis encantos; voy con la cara lavada y pierdo bastante atractivo; y con mi espectacular y cuidada melena escondida en este ridículo gorro ¿Cómo me va a reconocer?
Con los nervios he salido pitando de la piscina y cuando he llegado al vestuario me he dado cuenta que me había olvidado las chanclas. Imagínate lo empanada que iba que no me he dado ni cuenta… Ahora pienso que podría haberme resbalado y matarme allí mismo. Eso si que hubiera sido una vergüenza, pero seguro que habría conseguido captar su atención.
Al darme cuenta del olvido, dudé un segundo, pero decidí deshacer mis pasos y volver a la piscina. Por el camino fui pensando una frase ocurrente y simpática con la que hacer mi entrada triunfal de nuevo. Pero antes de abrir la boca y poner el pie en la zona termal, sin hacer caso del cartel que ponía claramente que ya estaba cerrada, me quedé muda, paralizada y sorprendida al mismo tiempo.
Hubiera preferido quedarme ciega en ese preciso instante, antes de que mis pupilas captaran, allá a lo lejos, al otro extremo de la piscina, entre las sombras de la luz tenue que habían dejado al cerrar, a Miguel dándose el lote con su misterioso amigo.
Y como siempre dice mi abuela, que “dos son compañía, y tres son multitud”, me agaché silenciosamente a recoger del suelo mis chanclas olvidadas junto con los trocitos de mi roto corazón y salí de allí algo aturdida, pero con el convencimiento de borrarme del gimnasio esa misma tarde.
Mientras estaba en el vestuario, no podía dejar de pensar en dos cosas: ¿Podría enamorarme de nuevo? y más importante aún ¿Podría mantener en secreto algo tan grande? Más me valía, porque si mis compañeras se enteraban sería el hazmerreír de la clase.
Que puedo decir, es muy duro sobrevivir a la adolescencia.
Más aventuras de Esther y relatos participantes sobre la adolescencia AQUÍ
Hace unas semanas, mis amigos del grupo literario “EL VICI SOLITARI” han estrenado su sección “REFUGI POÉTIC” para los amantes de la poesía. Si a tí también te gusta, cada semana puedes encontrar un nuevo poema AQUÍ.
Debe ser decepcionante, enterarte de ese modo que el chico que te gusta, a él le guste otro chico y mucho más a esa edad, en la cual todo te acepta de manera sobrepasada.
ResponEliminaBueno, pues no hay mal que por bien no venga, se pasa página y a fijarse en otro chico y simplemente disfrutar de esos años que no regresan y son aunque rebeldes preciosos. Un besico.
Hola Campirela!
EliminaPobre Esther! Quedó en shock por semejante revelación! Y es que en la adolescencia todo viene así, de golpe y sin avisar! Un abrazote!
Mantener el silencio se impone, lo difícil es lograrlo.
ResponEliminaSaludos,
J.
Hola José!
EliminaSituación delicada donde las haya! El silencio era la mejor opción en este caso! Un abrazote!
Querida amiga Marifelita, bom final de domingo!
ResponEliminaGostei do truque da pergunta para tentar uma aproximação com os rapazes...
Se adolescente tem complicações, também lhes acompanha a inteligência para arquitetar saídas
Paixões assim são bíblicas da fase da vida talvez mais difícil.
Tenha a nova semana abençoada!
Beijinhos fraternos de paz e bem
Hola Roselia!
EliminaSin duda la adolescencia es una de las etapas más difíciles, o al menos solemos recordarla de esa manera! Deja una gran huella en nosotros, para bien o para mal! Un abrazote!
Qué maravilla, querida amiga.
ResponEliminaHas reflejado estupendamente una de las muchas situaciones de la adolescencia, en las que la mente va a mil por hora; esas encrucijadas e indecisiones sobre la mejor manera de actuar, y, muchas veces, con conclusiones que se alejaban desorbitadamente de los verdaderos deseos.
Magnífico, fluido y ameno.
Me ha encantado. Te introduce en esa inquieta y fascinante mente de Esther, y en esos escenarios que se abalanzan de repente y sin permiso desbarajustando cualquier plan o sueño.
Muchísimas gracias 🙏😊
Siempre un placer leerte.
Abrazo grande, y muy feliz semana 💙
Hola Ginebra!
EliminaEs que la adolescencia es un poco todo esto junto: tomar muchas decisiones, ansias por actuar, incertidumbre en todo momento y situacioones imprevisibles que descolocan todos nuestros planes! Je, je! Pura adolescencia al 100%! Explosión de emociones! Ja, ja! Un abrazote y encantada como siempre de participar!
Hola Marifelita, hemos coincidido en la imagen y casi en el título, jajaja. Los malos tragos en la adolescencia son difíciles de encajar a veces. Pero se terminan gestionando.
ResponEliminaUn abrazo grande🌹
Hola Dakota!
EliminaEs verdad que todo pasa y al final se supera. Pero cuando estas en esa adolescencia parece eterna y sin soluciones a la vista! Epoca complicada donde las haya! Un abrazote!