Aquí podeis encontrar el resto de relatos participantes:
Pestañas
dissabte, 26 d’agost del 2023
VadeReto Agosto - Tema: Confidencias con la luna - "Lunática"
Aquí podeis encontrar el resto de relatos participantes:
dimecres, 23 d’agost del 2023
Reto juevero - Tema: La Autopista
Para el reto juevero de esta semana nuestra compañera NEOGEMINIS desde su Blog nos propone crear un relato con la autopista como tema principal.
Aquí podréis encontrar el resto de relatos participantes.
dijous, 10 d’agost del 2023
Cada jueves, un relato: Tema – Argumentos reales “EL LADRON DE HISTORIAS”
dimecres, 2 d’agost del 2023
Reto Juevero - Tema: "Bailando" - "EL PISOTÓN"
AQUI podréis encontrar el resto de relatos
participantes.
"EL PISOTÓN"
Ángel se levantaba con el canto del gallo. Se lavaba la cara,
se vestía y bajaba a la cocina donde le esperaba su madre con el desayuno. Salía de casa bien abrigado y esperaba cada
mañana al hijo del cartero que pasaba en su vieja bicicleta y lo llevaba hasta
el embarcadero del pueblo vecino.
Allí cogía la barca
para pasar al otro lado de la bahía, y una vez en la otra orilla, corría hasta
la estación para tomar el tren hasta la capital, a ocho kilómetros de
distancia. Al llegar solo tendría que caminar unas calles y ya en la escuela le
esperaban varias horas de intensas clases.
Teresa, la mayor de siete hermanos ya había dejado la escuela
el año anterior. Ahora ayudaba a su madre con las tareas de la casa y con los hijos
más pequeños. Hacía las camas, daba el desayuno a sus hermanos, los llevaba a
la escuela e iba a los recados que le encargaban, mientras su madre regentaba la
bodega del pueblo.
Al mediodía llevaba a su padre, que trabajaba en el
pueblo vecino, la fiambrera con la comida recién hecha. Así que salía de casa
con prisas para no perder la barca que la pasaría al otro lado del rio para
llegar a la carpintería a tiempo. La esperaba siempre con una sonrisa,
impaciente por saber que comida le aguardaba. Una vez acababan de comer,
recogiendo con un mendrugo de pan hasta el último rastro del guiso, Teresa regresaba
a casa de nuevo en la barca.
Había días que coincidía con un niño que se sentaba al fondo.
Iba vestido de uniforme y con una cartera cargada de libros, parecía muy
pesada. Siempre iba tan cansado, que daba cabezazos durante el corto trayecto, por
lo visto con el vaivén de las corrientes le vencía el sueño.
Cuando el barquero anunciaba la llegada, el niño abría los ojos
sobresaltado y se bajaba corriendo de la barca, atropellando a todos los que
estaban a su paso.
Teresa siempre pensaba que vaya un mal educado, con las
prisas más de una vez le había dado un pisotón y ni siquiera se había girado
para disculparse.
Quien le iba a decir a Teresa que unos veranos más tarde, ese
mismo niño volvería a darle más de un pisotón en la pista de baile, en las ferias
de verano que se organizaban en los pueblos cercanos. Pero esos ya no le
importaron tanto.